Raúl Ruiz.- Desde que tengo uso de razón, nunca los mexicanos hemos producido autos. Bueno, sí. Hubo una producción de camionetas y camiones con la marca Ramírez, pero en cuanto salieron al mercado fueron bloqueados y desaparecidos.
Querían los mexicanos hacer automóviles y eso le hizo mucho ruido a la industria automotriz norteamericana, así que utilizaron una marrullería para ahogar la industria mexicana: La aplicación del Tratado de Bucareli, convenio leonino tipo Trump, a favor de los gringos. Firmado en México durante el gobierno de Álvaro Obregón (1920-1924).
A partir del documento, México garantizaba los derechos de propiedad sin límite a particulares extranjeros y a todas las compañías petroleras estadounidenses. El Tratado obligaba a los mexicanos a no crear industria en lo general, ni mucho menos la automotriz, ¡en cien años!
Firmado en agosto de 1923, así que apenas hace año y medio nos liberamos de ese abuso.
Hoy, se presenta la oportunidad de crear tecnología mexicana en la fabricación de autos eléctricos de bajo costo y, como entonces, los gringos intentan evitarlo. Se trata de un auto eléctrico 100% mexicano que se está desarrollando y se llamará “Olinia”.
De acuerdo con la PresidentA, Claudia Sheinbaum, este auto que se ofrecerá a los mexicanos será compacto y de un precio accesible. Estamos hablando de un precio entre 90 y 150 mil pesos mexicanos. Y eso, duele.
La empresa Zacua está a cargo del proyecto y ya produce vehículos eléctricos ensamblados a mano por mujeres en Puebla. Sus modelos MX2 y MX3 ofrecen opciones libres de emisiones y exentas de tenencia y verificación vehicular.
Aunque el precio exacto de Olinia aún no está definido, se prevé que tenga un costo por debajo del de los autos eléctricos actualmente disponibles en el mercado nacional, como el SEV E-Wan Cross, el BYD Dolphin Mini y el Tesla Model 3.
El punto es que, a pesar de la intención y apoyo del gobierno mexicano, las fuerzas enemigas de México arremeten contra este proyecto industrial y comienzan con la típica descalificación.
Acabo de ver un meme muy ingenioso pero nefasto, en el que aparece la presidentA, Sheinbaum, tripulando un carrito de juguete, como los que rentan en las plazas comerciales para los niños, atascado en un bache.
Y sé que, en el Senado, personajes como Ricardo Anaya, Lily Téllez y Marko Cortez se manifiestan rabiosamente contrarios a que tengamos esta producción automotriz.
Realmente no entiendo su estrategia de autodestrucción política. Atrapados en la misantropía, ignoran que su negatividad solo los conduce a la derrota electoral.