Diputado Omar Bazán Flores.- El agua es vida, por eso es necesario que todos la cuidemos y preservemos; sin ella, Chihuahua, México y el mundo vivirían una situación caótica, que se ha empezado a notar en los últimos años con el cambio climático y con afectaciones directamente visibles en el campo y también en los hogares, donde el abasto no es suficiente.
Creo que es muy importante que en este tema, los gobiernos de los tres niveles contemplen mejores proyectos integrales para el cuidado del agua, debido a las condiciones actuales de sequía y a los pronósticos que indican los problemas que se podrían presentar en los próximos años ante la falta del vital líquido.
Amables lectores, les comento que la semana pasada presenté una iniciativa en el Congreso del Estado, en la que solicité al Gobierno Federal que brinde un informe del estado actual del agua en el país y también sobre las acciones que lleva a cabo para cumplir con los lineamientos de la Agenda 2030, en lo relativo al objetivo seis, que establece agua limpia y saneamiento.
Coincido en lo informado por diversos especialistas en la materia, en lo que refieren a que México ha enfrentado en 2021 una de las sequías más severas y extendidas en décadas, destacando que 50 millones de personas experimentan algún tipo de escasez a nivel nacional.
Los expertos coinciden en que la situación, alimentada por el cambio climático, probablemente empeorará.
Resulta importante que se continúe con una mejor planeación para la administración y buen uso del agua y que se evite que en pocos años se presenten problemas más graves que los actuales.
De manera reciente, el Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos al agua potable y el saneamiento, Pedro Arrojo Agudo, ha pedido el fin de la apropiación, contaminación y sobreexplotación de las aguas subterráneas para salvaguardar los derechos humanos y mitigar riesgos sociales derivados del cambio climático.
Estoy de acuerdo con el especialista de la ONU, sobre todo en que los mantos acuíferos son los pulmones de agua del planeta y que deben ser reservas estratégicas para enfrentar sequías extraordinarias que empeorarán con el cambio climático.
El problema de la falta de agua cada vez se agrava más en todo el país, por lo que considero prioritario se establezcan planes más detallados y públicos, para que la sociedad en general conozca bien la situación y también haga conciencia para el buen uso del vital líquido.
En México no solo hay poca agua, sino que está distribuida bajo criterios de no igualdad para todos. Hay territorios que cuentan con bosques, zonas agrícolas, chinamperas y zonas de humedales, y eso también ha provocado que las personas de los pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas hayan visto reducir sus espacios productivos por los cambios en los usos del suelo, la venta de sus terrenos y la contaminación de los recursos.
Especialistas en la materia han manifestado que la respuesta debe ser integral, debe darse una recuperación y manejo adecuado de las áreas de conservación; el uso de tecnologías para aprovechar las aguas residuales, impulsar proyectos de captación de agua de lluvia en la ciudad, invitar a más gente a organizarse para detener la crisis climática; mejorar la gestión del agua en coordinación con estados vecinos y reducir la inequidad social.
Aquí los gobiernos son vitales para elaborar mejores planes, pero también, todos tenemos que aportar para el cuidado y la preservación del agua, de lo contrario, las afectaciones serán para nuestras familias.
