Inicio CARTAPACIO Va por México (Volumen II)

Va por México (Volumen II)

Raúl Ruiz.- En trabajos anteriores, he expuesto mi punto de vista sobre la posibilidad que tienen el PRI, EL PAN y EL PRD, si quisieran continuar con su alianza Frankenstein.

Sin embargo, fuentes muy informadas y seguras, me comentan que la alianza continuará y que habrá una selección de posibles aspirantes, donde desde luego, el PAN lleva mano, pues en el tablero del poder está por encima de sus otros dos asociados.

Hay dos figuras que comienzan a circular por los corrillos de Acción Nacional. Ricardo Anaya, con aparentes cuentas pendientes con la justicia. Y sorprendentemente, nuestra gobernadora, María Eugenia Campos.

Como se trata de un candidato al que impulsarán de manera increíble los tres partidos de la alianza VA POR MÉXICO, en su segunda edición; veo difícil que quisieran apostarle a Ricardo Anaya.

Les diré por qué.

Primero, porque es un cartucho quemado. Haber perdido contra Andrés Manuel de manera tan estruendosa lo dejó frío, casi muerto. Y, en segundo lugar, salir corriendo del país para evitar la justicia, no es signo de liderazgo.

Seguramente tiene muchos seguidores que lo compadecen y les gustaría que repitiera su candidatura para el 24, pero sinceramente, la fuerza de la 4T lo arrollaría nuevamente.

Ya hemos dicho que los priyistas traen un severo problema de imagen y la verdad, no hay un liderazgo visible que pueda encabezar una candidatura presidencial, por eso se arropan con Acción Nacional.

Es por ello que ahora, buscan a Maru Campos y la inflarán lo suficiente para que pueda competir a la presidencia de la República.

Los activos de Maru

De entrada, los tiempos son propicios para que las mujeres cobren equidad de género y qué mejor oportunidad para una mujer que pudo vencer a un misógino que quiso descarrilar su propósito político con la constante amenaza de llevarla a prisión. Me refiero obviamente a Javier Corral Jurado, quien siendo gobernador de Chihuahua y encaprichado por dejarle el puesto a su compa, Gustavo Madero, hizo lo posible e imposible para quitarla de la faz de la tierra.

Qué mejor oportunidad para encabezar candidatura presidencial, cuando fue capaz de vencer a su contrincante Morenazo, dedo chiquito del presidente López Obrador. Quien fincó su campaña con la chequera del “Bienestar Nacional”, y aun así, los chihuahuenses prefirieron a la mujer martirizada por dos frentes: el gobierno de Corral, y el gobierno de Andrés Manuel.

Hoy más que nunca los símbolos cobran vigencia.

Y a Maru Campos, la convirtieron en símbolo de valentía y pundonor.

Conforme pasa el tiempo, la ahora gobernadora, se ha vuelto una experta en sacarle jugo a la coyuntura. Llega a la gubernatura con moretones, pero con el brazo en alto. Con su triunfo, se ha ganado el respeto del presidente y el reconocimiento de los pitufos en la órbita nacional.

Se convirtió en una rockstar de la política. Una influencer, de redes sociales. Su entrevista con Brozo causó sensación; escozor en los hogares fifís, pero simpatía entre la perrada.

Decir: “Corral, Madero y Juan Carlos me la pelaron y me la siguen pelando”, no es muy propio, ni correcto expresarlo, y menos saliendo de la boca de una mujer decente. Pero le dio rating y notoriedad.

Son tiempos donde la vulgaridad, la grosería y la zafiedad, desplazan a la exquisitez del lenguaje.

Poco a poco ha sido invitada a participar en foros de escala nacional, para darle su paseadita a que todos la conozcan.

Marko Cortés, le está poniendo los reflectores para que esto ocurra.

El proceso de cocimiento para definir la candidatura presidencial en una cacerola paellera, tendrá que cocinarse a tres fuegos, a tres brasas. Tiene que quedar “al dente” con la aprobación de tres paladares distintos. Primero el de los panistas, luego el de los priyistas y finalmente con los perredistas.

Con los perredistas, Maru no tiene ningún problema. Casi seguro que los Chuchos respaldarían estruendosamente esta propuesta.

Pero bueno, esto lo iremos viendo después de las elecciones del 22, donde se disputan seis gubernaturas.

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