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Un tren en el camino de México

Dr. Arturo Castro.- El camino de México es la historia de un político mexicano y las vicisitudes de la burocracia nacional e internacional contada por él mismo, es el viaje de la vida que otorga las herramientas necesarias para seguir subiendo peldaños.

Marcelo Ebrard es un personaje conocido, ha militado en cuatro partidos políticos, migración que lo lleva de la mano el grupo político al que pertenece y que le ha brindado la oportunidad de servir al país con pasión y lealtad.

Hoy le dicen corcholata en referencia a los destapes pronunciados desde la Presidencia de la Republica junto a otros compañeros que rellenan ese aspiracionismo gubernamental; lo distinguen su caballerosidad y su amor por México.

Parece ser un hombre que sabe lo que quiere, aunque ha tenido tres mujeres en su camino, la vida personal de alguna manera influye en las decisiones, aunque parezca que no porque la vida privada de los políticos parece ajena a la vida pública que representa el quehacer por los demás.

El camino de México es un libro que habrá que leer y releer para conocer a fondo al protagonista presidencial de 2024, posible administrador público del país hasta el año 2030, algo lejano pero que está a la vuelta de la esquina.

Hoy el secretario de Relaciones Exteriores tiene una base sólida para competir, lo exhibe su currículo y su fe por mejorar el bienestar de los mexicanos. Marcelo Ebrard pertenece a su tiempo y al de los demás, ha ocupado importantes puestos que vienen del gobierno del Distrito Federal a la Dirección de la Organización Mundial de Alcaldes.

En su paso ha encontrado la oportunidad de mostrar su capacidad y su empatía social, es una figura de la historia contemporánea con el reto de seguir gobernando y figurando el crecimiento nacional, su tacto político despega más allá de sus competidores.

Marcelo fue un buen priista, un gran centralista, un mejor perredista y ahora un excelente morenista. Su carrera política indica la mejor ubicación sin cambiar de ideología ya que proviene su distinta militancia al proyecto iniciado por Plutarco Elías Calles en 1929.

Vámonooos, es el grito en un tren en el camino de México que se dirige al triunfo interno partidista, al igual que al abierto electoral del próximo año, un tren que magnifica la necesidad de él, para transportar a la sociedad de un lugar a otro, sin limitaciones mayas para que el norte también esté comunicado por esta vía.

Un tren impulsado por Porfirio Díaz que fue quedando en el olvido por generaciones que incluyeron sexenios hasta decir aquí quedó hacia el año 2000, mientras en Europa, Asia o países árabes están convertidos en lo que aquí se llama camión o ruta.

Marcelo y el tren es una analogía que muestra la fuerza para avanzar hacia adelante, vámonos derecho con la energía suficiente para transformar verdaderamente al país, con hechos no palabras, con acciones verdaderas sin los imaginarios del discurso.

La esperanza de una mejor gobernanza está presente, la sociedad lo demanda, si bien es cierto la bondad de regalar recursos a nadie le cae mal, se requiere de una política social que parezca igual de buena y este político diferente lo puede lograr sin menoscabo de sus antecesores, que algo bueno tuvieron, por ello estuvieron en Palacio Nacional.

La tarea del próximo gobierno es terminar con los sueños guajiros, con la frase de la esperanza muere al último, con la descripción mexicana que se hace al interior y al exterior de holganza y desgano. Es una tarea gigante como fue la travesía del Quijote Alonso Quijano, que al salir de la región de La Mancha buscaba su yo verdadero convertido en un dulce amor de su Dulcinea del Toboso.

Marcelo Ebrard tiene la tarea de responder al entorno actual, sin los pesares del pasado que tanto le afectan al actual gobierno, siendo él parte del mismo, parece diferente para lograr vencer el conformismo y la apuesta de que es igual a los demás.

Gobernar no es una tarea tan difícil cuando existe el deseo de hacerlo bien, asumiendo la capacidad y el liderazgo de Ulises descrito por Homero en la Odisea, de partir de la intención de Phileas Fogg por lograr una travesía a través del mundo en 80 días, como lo contó magistralmente Julio Verne hace ya un largo tiempo.

Hoy son tiempos diferentes que parecen iguales, nos acercamos velozmente a un nuevo proceso electoral con una sociedad dividida desde el mismo gobierno, los partidos políticos opositores negocian sus alianzas con la misma posibilidad de ganar que se tiene en la Lotería Nacional.

Es la fiesta de elecciones que tenemos cada tres años, en este caso es de seis y en donde la sociedad, el pueblo o como se llame decidirá una vez más. Marcelo Ebrard está puesto, la mesa también lo está, este tren viene silbando anunciando su llegada a la próxima estación de nombre México.

El camino de México es la cuenta de una vida que quiere llegar a la de todos, habrá quien se suba a ese tren esperando que la oposición haga su trabajo y no se suba de polizonte como ha sucedido en otras ocasiones, léase un PRI que se sumó al PAN en Chihuahua aquel 2021. ¡A la vista de todos está un tren en el camino de México!