Dr. Fernando A. Herrera M.- El gran fracaso de un hombre que lo tenía todo para ser un excelente presidente. Joe Biden fue senador por Delaware entre 1973 y 2009 y fue uno de los senadores más jóvenes de la historia; fue reelegido seis veces y fue el cuarto senador con más antigüedad. En su desempeño fue presidente de la Comisión de Justicia del Senado de 1987 a 1995, ocupándose de temas relacionados con la política de drogas, la prevención del delito y las libertades civiles.
Biden también lideró los esfuerzos para aprobar la Ley sobre Control de Delitos Violentos y Aplicación de la Ley y la Ley de Violencia contra las Mujeres y supervisó las polémicas nominaciones a la Corte Suprema de los Estados Unidos de Robert Bork y Clarence Thomas.
Biden dejó el Senado luego de ganar la vicepresidencia junto a Barack Obama en las elecciones presidenciales de 2008. Después fueron reelegidos en 2012. Biden vicepresidente, ayudó a Obama en la supervisión del gasto en infraestructura en 2009 para contrarrestar la Gran Recesión provocada por la crisis inmobiliaria.
Sin embargo, el animal político que se suponía era, por su experiencia, no se mostró cuando enfrentó dificultades que le resultaron insuperables. La primera, sin duda, fue el asalto al Capitolio que no supo o no pudo resolver ni su equipo pudo culpar a Trump cuando todo apuntaba hacia él.
Luego, con el Senado empatado a 50 por bando, tenía mayoría con Kamala Harris, que preside y vota en el Senado por ser vicepresidenta, y en la Cámara de Representantes tiene mayoría. Entre lo más difícil, aparte de lo mencionado, fue su fracaso con su programa económico que se atoró en el Senado por dos votos de senadores de su propio partido que no lo respaldaron. Para colmo la pandemia, que atacó muy bien al inicio, luego se le fue de control, al surgir nuevas cepas y, al igual que a Trump, terminó en desastre de contagios.
Ahora, ante su baja popularidad y las elecciones intermedias de su mandado, previstas para noviembre, Trump, al asecho, observa la oportunidad, de hecho la esperaba, por lo que sale con todo a hacer campaña para preparar el terreno e intentar regresar a la Presidencia en dos años.
Por lo pronto ataca con todo a Biden apoyando, en discursos encendidos, a candidatos, tanto al Senado como a representantes, y al hablar ya se sabe que no deja títere con huarache y hasta AMLO salió raspado. Trump busca arrebatarle la mayoría en ambas cámaras y, de lograrlo, podría decirse que la presidencia de Biden habría terminado, al menos en términos de política práctica.
Terquedades
Uno de los adeptos incondicionales de Trump es el gobernador de Texas, Greg Abbott, que ahora trata de hacer puntos imitando el modo de actuar del bravucón y lo hace para subirse con él en la candidatura, como vicepresidente.
En ese afán ha iniciado una campaña terrorista contra los gobernadores y la gobernadora de los estados fronterizos. Primero ordenó retrasar a propósito las revisiones de los camiones con mercancías, hasta causar una crisis que condujo a la firma de acuerdos con los cuatro gobiernos colindantes con Texas. Ahora amenaza con romper esos acuerdos si los gobernadores mencionados no le ayudan a controlar a los emigrantes que quieren entrar a EU por Texas. El problema se agrava con la mala relación del presidente AMLO con el presidente Biden y su equipo.
Cuánta razón en aquellas palabras (que atribuyen a Porfirio Díaz): “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, aunque en una reunión reciente AMLO dijo a Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, a la vicepresidenta Kamala Harris y al secretario de Estado, Antony Blinken, que ahora se dice: “Bendito México, tan cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”. Hay que reír, porque llorar NO ayuda.
LA DE REGALO. Varios presidentes municipales están perdiendo su primer año de gobierno. Al igual que algunos de los gobernadores recién electos. Siguen en las nubes y algunos no han iniciado a trabajar para dar resultados y cumplir sus promesas de campaña. ¡Aguas! El tiempo vuela. Dejen de pensar en lo que sigue y mejor pónganse a trabajar para que lo que sigue llegue solito.
Una de regalo. Ayer hablábamos de los policías y sus penurias (para los honestos). Policías pobres y ayuntamientos con vida de encanto, no hay para uniformes, ni armamento, ni prestaciones, ni seguro para familias, pero algunos derrochan en viajes de regidores a toda clase de eventos pretexto.
La pobreza municipal no es por falta de apoyo federal o estatal, lo que ocurre es que algunos se manejan con cero austeridad, su obligada transparencia es de papel, la verdad es que algunos municipios se manejan con alto gasto de comunicación para magnificar logros y ocultar ineficacia. Lo más agudo de esto no está en nuestro estado. Aquí la policía más o menos se defiende, más bien es en el sur donde algunos alcaldes se manejan como reyezuelos infumables. No hay interés por la sociedad, más bien son intereses de personas o grupos.
¡¡¡Salvemos a México, somos mayoría!!!
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