Doctor Omar Bazán Flores.- El sector educativo, gobierno y sociedad civil deben trabajar en la implementación de prácticas saludables alimentarias en las escuelas, para la prevención de enfermedades y en la adopción de una cultura de cero residuos, donde también se involucren los padres de familia.
Especialistas en la materia han dejado claro que enfrentar los nuevos desafíos requiere medidas desde una perspectiva ecosistémica para garantizar vidas saludables y promover el bienestar para todos en todas las edades, promoviendo temas de agua, saneamiento e higiene, calidad del aire, seguridad química y acción por el clima.
En el Artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece que “toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar”, lo cual corresponde al Estado garantizar.
Si aplicamos un enfoque de ecosalud, se busca aplicar estrategias basadas en evidencia para mejorar la salud a través de cambios prácticos, equitativos y sustentables orientados a mantener los ecosistemas sanos.
Las autoridades deben alentar a los diversos grupos de interés comprometidos con el cambio transformacional que el país y el planeta requieren para detener el incremento de la temperatura global y la amenaza de pandemias, a propiciar la aplicación de principios y prácticas de economía circular que prevengan la generación de residuos.
Es muy importante la alimentación saludable y reconocer el impacto de los hábitos alimentarios, así como el consumo responsable de productos nutritivos y de origen local. Nuestra responsabilidad estriba en conservar el entorno y la biodiversidad, a la par que prevenir –entre otras– las enfermedades metabólicas, obesidad y diabetes.
En años pasados se idearon programas como “Escuela Verde”, que promovía que las comunidades educativas tomasen acciones integrales que contribuyan a disminuir su impacto en el ambiente y a la mitigación y adaptación al cambio climático. En el periodo comprendido entre 2010 y 2013, el programa se adoptó en 3,000 planteles con el apoyo de las autoridades educativas y ambientales de los tres órdenes de gobierno. En 2014, “Escuela Verde” dejó de operar a nivel nacional; sin embargo, en algunas entidades federativas se le ha dado continuidad.
En 2020, el “Programa Escuela Verde” se enriqueció con la inclusión de ejes transversales y con la redefinición de las líneas de acción. “Escuela Verde” impulsa una gestión ambiental que se sustenta en los principios básicos de la Nueva Escuela Mexicana: integridad y equidad; el cuidado del medio ambiente; el desarrollo armónico; una educación humanista, científica y tecnológica. Aporta al logro de aprendizajes socialmente significativos de los contenidos de los planes y programas de estudio de la educación obligatoria.
Asimismo, favorece el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El programa se estructura en seis líneas de acción: Educación para el consumo sustentable y el manejo de residuos sólidos; Manejo sustentable del agua; Eficiencia en el consumo de la electricidad; Salud y estilo de vida sustentable; Educación Ambiental y Acciones ambientales comunitarias.
Los enfoques de género, interculturalidad y cambio climático articulan transversalmente la propuesta.
El cuidado del medio ambiente, es un compromiso que debe ser liderado desde las familias en coordinación con la participación del sistema educativo en todos los niveles.
Debemos fortalecer entre los padres de familia, acciones y proyectos encaminados a un mayor cuidado del planeta, a fin de que sean replicadores de buenas prácticas ambientales.