Las autoridades de Miami Beach, en el sur de Florida, se vieron obligadas a declarar el estado de emergencia en la zona debido a la llegada de multitudes de turistas para las vacaciones de primavera, el llamado “spring break”.
Los agentes de Policía fueron incapaces de controlar las aglomeraciones que inundaron las principales avenidas y playas de la localidad. Las escenas de caos van acompañadas de actos de vandalismo y violencia. Decenas de personas han sido detenidas, según la Policía local, mientras que al menos dos uniformados resultaron heridos.
“Hay más personas de las que podemos controlar”, cuenta el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber. Subraya que los visitantes “no tienen la intención de seguir las reglas”, lo que derivó en “un nivel de caos y desorden que simplemente no podemos aguantar”. Y es que “la pandemia hace que las cosas sean aún más difíciles”.
“Te sientes como en un concierto de rock, hay gente apelotonada por todas partes”, admite Gerber. El alcalde opina que la afluencia de turistas se debe al hecho de que actualmente “hay pocos lugares abiertos en el país o son demasiado fríos o están cerrados y son muy fríos”.
El toque de queda durará 72 horas e implica el cierre de todos los clubes, bares y restaurantes a partir de las ocho de la noche. Asimismo, los turistas tendrán que abandonar las calles y las autoridades cerrarán durante las noches los principales accesos a la ciudad. El icónico bar Clevelander también anunció el cierre temporal hasta al menos el 24 de marzo debido al caos del spring break. El establecimiento señaló que no quiere poner en riesgo a sus empleados.
Sputnik