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¿Será cierto?

Cuando un puesto es ocupado por un tonto, todo mundo cree que está vacante. Antonio de los Ríos Rosas, jurista español

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Un sol pascual iluminó todo el domingo; después del almuerzo familiar, las nietas se fueron al parque a buscar los huevos de la coneja, donde se dieron vuelo. Regresaron a casa felices, ante la alegría de papás y abuelos; más tarde regresaron a su hogar en el “oveder” y así se terminó, en la familia, el Domingo de Pascua.

Serenados, iniciamos el tema semanal que nos tiene ambivalentes porque no hayamos qué pensar, sobre lo dicho por un personaje que desde que era estudiante, se dedicó en cuerpo y alma a ser agitador en la UNAM; ya crecidito y terminados los estudios, se hizo agitador profesional y logró infiltrarse, como pseudolíder del 68, en la política mexicana en el odiado régimen priista, que lo enriqueció.

Este fasto personaje (siempre ha vivido de los dineros del pueblo al que dice defender como neosocialista de huarache), pegó en el Poder Legislativo al cual lo hizo su morada, su casa, su cabaña, hasta el día de hoy, solo que por decisión del “Jaguar” tabasqueño, ahora ya no cobra como senador, sino como titular de la Unidad de Inteligencia (?) Financiera de la Secretaría de Hacienda.

Hasta aquí, todo se ha perdido menos el honor, peeeeero, este vividor social, miembro distinguido de la nueva minoría rapaz, ahora que está donde no debería estar, tuvo la brillante idea de espetar, hace unos días, a través de los medios informativos, que votar es una obligación (???), de acuerdo con la Constitución y que se debe proceder, con todo el rigor de la ley (bueno este agregado es nuestro), contra los ciudadanos que irresponsablemente no fueron a votar, en la farsa de la ratificación del mandato de… Ustedes ya saben quién.

Lo anterior ¿será cierto?, porque en la Constitución del 19 (sí ya sabemos que la Constitución data del 17), pero no nos referimos a esa carta magna, sino a la que compramos en el 2019, con el sano propósito de instruirnos, sin haberlo logrado del todo, pero aun así no encontramos “onde” dice la burrada dicha por el titular de la UIF.

Nosotros, como ciudadanos, siempre hemos sostenido, contra viento y marea, que votar es un derecho y que para ejercer ese derecho, primero hay que cumplir con una obligación, porque sin obligaciones no hay derechos y viceversa; esa obligación es empadronarse en tiempo y forma en el ahora Instituto Nacional Electoral para, a la hora de elegir gobernantes, senadores y diputados, podamos ir a las urnas, sin ningún temor y ejercer libremente nuestro derecho al voto. Y aquí le cortamos de tajo. Vale.

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