Tras años de tensas negociaciones y plazos para dar pistoletazo de salida al Brexit, la Unión Europea (UE) y el Reino Unido (RU) llegaron el 24 de diciembre de 2020 a un acuerdo para continuar con las relaciones comerciales entre dicho país y el bloque económico. Consecuencia de esto, Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte cesarán su participación en el mercado único de 450 millones de consumidores de la Unión a partir del próximo 1 de enero de 2021.
Este nuevo acuerdo de comercio y cooperación entre el RU y la UE, aún está en proceso de ratificación. No obstante, se espera que este ayude a mitigar el escenario disruptor que plantea el abandonar relaciones comerciales sostenidas continuamente desde 1973. El mismo contempla el libre comercio sin límites ni aranceles a la importación/exportación. Ello con el objetivo de lograr un campo de juego nivelado entre las ahora separadas economías, al menos en un principio.
Un detalle importante para el acuerdo, y que detuvo por un tiempo las negociaciones, fue las condiciones bajo las cuales se dará la actividad pesquera en los mares pertenecientes al RU. Por un periodo de transición de cinco año y medio, navíos de la Unión podrán seguir explotando las aguas nacionales de la isla y sus territorios. Pese a que la actividad pesquera representa solo el 0.1% del PIB inglés, representó uno de los puntos más controvertidos en cuatro años de negociación.
La separación fue decidida tras un referendum celebrado el 23 de junio de 2016; en el que la opción de abandonar la UE ganó por un ajustado margen de 2%. Si bien la separación se hizo efectiva en febrero de 2020, a este le siguió un periodo de transición a vencer el próximo 31 de diciembre de 2020, durante el cual el RU aceptó seguir sujeto a las reglamentaciones europeas.
Por otra parte, abandonar este bloque económico implica la suspensión del libre movimiento de personas, bienes, servicios y capital a través de las fronteras del RU hacia Europa y viceversa. Ambos mercados, ahora separados, deberán darse a la tarea de homologar visas, controles de exportación e importación, así como certificados de servicios profesionales.
Otras consecuencias de importancia es que la Unión Europea ahora debe renunciar a su principal potencia militar y de inteligencia, así como 15% de su PIB. Asimismo, el nuevo acuerdo de comercio y cooperación no especifica condiciones para la prestación de servicios, entre ellos los financieros, mismos que representan el 80% de la economía del RU.
El acuerdo culmina parcialmente un periodo de profunda incertidumbre económica. Esta derivada del desconocimiento de la situación ante el cambio de paradigma comercial que entraña el Brexit para las relaciones del RU con los 27 miembros restantes de la unión. “Fue un camino largo y tortuoso, pero ahora tenemos un buen acuerdo para mostrarlo. Finalmente podemos dejar el Brexit detrás y mirar al futuro. Europa continúa hacia adelante” comentó al respecto la presidente de la comisión europea, Ursula von der Leyen.
Juárez Hoy