Raúl Ruiz.- Ante la perspectiva del triunfo ineludible de Morena en el estado de Chihuahua y la falta de cuadros opositores de calidad para competir en las elecciones del 27, el ejercicio doméstico entre los morenacos es destrozarse entre sí, con tal de conseguir candidatura o hueso en el gobierno ganador.
No importa qué tanta experiencia traigan en las alforjas o cuánta fuerza real puedan acercar al proyecto electoral. Tampoco importa si tienen o no presencia en el distrito o demarcación que pretenden “representar”. La divisa es: mi derecho de antigüedad. ¡Quiero mi tajada!
Como el estudiante universitario que se inscribe en la facultad y exige su título solo por haber asistido al salón de clase. No importa su aprovechamiento académico; solo no haber sido expulsado o dado de baja por faltas.
Conforme avanza el tiempo se escuchan más fuertes los aullidos. Suben de volumen los ladridos de los perros en una fría y oscura noche por la colonia El Mezquital. Siempre hay un “mezquital” en México. Allá, por Hogares de la Ignominia, terrenos que no pisan los de azul, ni los pitufos, ni los guardianes de la ley.
Allá, donde los chairos se perciben dueños de Morena, ‘por nacimiento’, por instrucción divina. “Soy chairo de abolengo. Moronga pura”, me dijo un día un aspirante a diputado que se quedó con las ganas. No llegó ni a la encuesta.
Si alguna vez supo usted, querido lector, acerca de las autollamadas “tribus” perredistas, sabrá que su comportamiento no admitía protocolos de etiqueta urbana, ni elementales códigos de convivencia social, menos política. Se destruyeron a sí mismos, el PRD, falleció por autoflagelación innecesaria.
Y en los ghettos morenistas la cosa no mejora. Es la naturaleza humana. Que según dicen los que saben, en definitiva, puede variar considerablemente según factores como la condición económica y educacional.
La situación económica de una persona puede influir en su acceso a recursos, oportunidades y seguridad. Cuando hay carencias, no hay acceso a atención médica, educación de calidad y una vida más cómoda.
Por otro lado, el nivel educacional también juega un papel importante en la vida de las personas. La educación puede abrir puertas a mejores oportunidades laborales, aumentar el conocimiento y fomentar un pensamiento crítico.
Los que gozan de una educación avanzada pueden tener más posibilidades de encontrar empleos bien remunerados y participar activamente en la sociedad. Podría ser justificable entonces, que el código postal sea determinante para el comportamiento de esta fauna. ¿Verdad?
Sin embargo, estamos obligados a pensar también, que cada individuo es único y que estos factores no determinan por completo la condición humana de una persona. Las experiencias personales, las relaciones y otros factores también deben influir en su vida y bienestar.
Bueno, bueno… ¡ya! Ya fue mucho rollo teórico.
El tema es, que ante la ausencia de un adversario firme y compacto al frente, aflora la naturaleza belicosa y pendenciera de la “chairiza” y hace que se tiren dentelladas y zarpazos entre sí, para demostrar su poder. Puritita violencia de barrio. No hay conciencia de estrategia elemental, contimenos de estrategia prospectiva.
Desde la comodidad de mi palco, donde además de ver y escuchar como crujen los huesitos, recibo información que me filtran los unos contra los otros. Y puedo advertir cómo se desarrolla el match interno. Abundan las rupturas de compromiso, insurrecciones y traiciones.
Por lo pronto, los cuadros morenos incrustados en el municipio se pararon de pestañas cuando se corrió el borrego de que Ariadna Montiel habría dicho que ella no buscaría la candidatura a la gubernatura, pero que apoyaría a Mayra Chávez para la alcaldía.
“¡Ni madres! No vamos a ser gatos de esa advenediza”, gritaron en una reunión secreta, a espaldas del mismísimo alcalde. Y otros comenzaron a brincar de bando, entregándose a las fuerzas subterfugias de Andrea Chávez.
Mientras tanto, un grupo de treinta zarihuelas morenas, sin ápice de solidaridad partidista, con afilados dientes, desgarran la imagen de Cruz Pérez Cuéllar, desde un chat de WhatsApp, repitiéndose entre ellos las consignas panistas que no hicieron mella contra el alcalde juarense en su reelección.
Me retuerzo de la risa. Usan la misma perdedera de tiempo que los azulejos. Verter sus amarguras entre ellos. Alguien que les diga cómo se va a resolver el proceso de selección interna de los candidatos morenos.
La lideresa nacional, Luisa María Alcalde, les puso una tarea. Hay que afiliar a 10 millones de nuevos militantes, para lo cual ya se tiene lana: 2 mil 486 millones que recibirá Morena en este 2025, los dedicará a la credencialización y afiliación de 10 millones de personas en toda la República Mexicana.
Se entregará la credencial a 2 millones 322 mil 126 personas afiliadas hasta el 2024.
No es cosa menor. En esta campaña se comprarán 91 vehículos Nissan Versa y 31 Camionetas Frontier, además de dotarles de tabletas electrónicas a los miles de personas contratadas a nivel nacional para recorrer el país y tocar las puertas casa por casa.
No habrá tiempo para grillas baratas. El jale será determinante. Quiere Luisa María a toda la perrada en territorio. Una manera de darles visibilidad real para luego meter a los más destacados en la encuesta.
Hasta aquí el Cartapacio. Voy a cumplir con las obligaciones propias de la fecha de San Valentín, maratón de entrepiernur… Nos leemos el martes.