Inicio EL MEOLLO DEL ASUNTO Qué versión es la cierta para valer la objeción de conciencia

Qué versión es la cierta para valer la objeción de conciencia

Daniel Valles.- Cassius Marcellus Clay, en 1967, siendo campeón mundial de los pesos pesados, se negó a ir a la guerra en Vietnam por sus convicciones religiosas. ¿Por qué no quieres ir a pelear y defender a EU? “Ninguno de ellos me ha llamado nigger”. (*)

Cassius Clay, no fue a la guerra por motivos personales, religiosos. Por motivos de conciencia. El caso de quien hoy es conocido como Mohamed Alí y fue campeón mundial, de nueva cuenta es un ejemplo de lo que una persona se niega a hacer lo que la ley le exige, por motivos de conciencia. Gran convicción y carácter de Cassius Clay o Mohamed Alí, quien no fue el primero, claro. 

¿Quién fue el primer objetor de conciencia del que se tiene constancia? 

“En el año 295, al cumplir 21 años, Maximilianus, en su calidad de hijo de un veterano del ejército romano, fue llamado a las legiones. Sin embargo, al parecer dijo al Procónsul de Numidia que sus convicciones religiosas le impedían servir como soldado. Insistió en su negativa y fue ejecutado. Posteriormente fue canonizado como San Maximiliano”. (Fuente: Peter Brock, Pacifism in Europe to 1914 (Princeton University Press, 1972), pág. 13.)

Al menos desde mediados del siglo XIX, la expresión “objeción de conciencia” se ha aplicado de manera intermitente a la negativa a realizar el servicio militar por razones de conciencia. 

En el Concise Oxford English Dictionary (12ª ed.) se define “conciencia” como “el sentido moral de la persona que le permite distinguir entre el bien y el mal”. 

Desde principios del siglo XX, la expresión “objeción de conciencia” se ha utilizado casi exclusivamente en el contexto de la negativa a realizar el servicio militar, en la medida en que implica que es “al servicio militar”, a menos que se haga referencia explícita a alguna otra forma de objeción. (**)

Uno de los casos más conocido, tal vez es el de Desmond Doss, quien durante la Segunda Guerra Mundial, el médico militar y objetor de conciencia se volvió héroe en el campo de batalla de Okinawa sin enarbolar una sola arma. Este aspecto de su vida se puede ver en una magnífica película que se llama: “Hasta el último hombre”, la que se encuentra en Netflix y así dice la sinopsis. 

Es un caso de la vida real de un objetor de conciencia. Existen otros casos de objeción de conciencia, como quienes no desean vacunarse contra el Covid y quienes no aceptan transfusiones de sangre o que no entonan el Himno Nacional en ceremonias cívicas o deportivas. 

En ambos casos son condenados por el statu quo. Pero no tanto como lo es el personal médico que tome la decisión de no participar en cualquier tipo de aborto programado, consensuado, solicitado o como sea, por motivos de conciencia, a menos que se trate de una emergencia médica, donde la vida de la madre esté en riesgo.

¿Por qué es tan difícil de aceptar la objeción de conciencia para con el aborto? Porque se trata de una lucha de poderes entre ideologías diferentes y contrarias. Una que considera que la vida es un hecho fortuito, que solamente sucede y otra que cree que la vida inicia desde el momento de la concepción y es de origen divino.

En México, la objeción de conciencia por motivos religiosos vuelve a estar en el centro de la discusión pública y política. Y son los políticos quienes la presentan. Esto tiene que ver con que el 13 de septiembre pasado, la SCJN, despenalizó el aborto en el país. (***)

Todos sabemos que el acto seguido de la Corte fue ratificar el derecho constitucional de toda persona de la objeción de conciencia, lo que extrañó a quienes no son objetores, sino que pretenden que se legalice el aborto en el país y la práctica sea tan común como ir al dentista a que a una persona le saquen una muela o solicitar un tatuaje.

Eso no debe haber caído bien entre las precursoras del aborto en México. Las feministas de género, de las cuales la senadora y exministra de la SCJN, Olga Sánchez Cordero, es una de las principales y la feminista mejor posicionada políticamente en el país. 

Creo que la molestia tuvo que ver con el hecho del fallo de la SCJN que ratificaba la Objeción de Conciencia. Y por lo que la Corte, un día después se desdice de lo que había ratificado. El martes, la corte ha fallado en contra de lo que primero aprobó.

Con una mayoría calificada de ocho votos, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió la invalidez del artículo 10 Bis de la Ley General de Salud (LGS), sobre objeción de conciencia, al considerar que su redacción es deficiente y permite abusos en su invocación por parte de personal médico. Cita nota periodística de Excélsior, 22/09/2021

En otras palabras, corrigieron. Cerraron la puerta que habían dejado abierta para que los objetores de conciencia ejercieran su derecho. Ahora, la Corte, les da con la puerta en las narices y es el ministro presidente quien lo hace cuando sale a decirlo.

“Dejar en vigor este artículo de la LGS es dar una herramienta a los grupos que permanentemente se oponen a la libertad de las mujeres para que decidan sobre su cuerpo. De nada sirve que con una mano reconozcamos el derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo, si con la otra, damos pie a que este derecho se les cercene, se les quite, quede en mera declaración retórica”, expresó el ministro Zaldívar. Dice la misma nota. El ministro decide que las personas cercenadas sean las objetoras de conciencia.

Por su parte, la ministra Norma Lucía Piña Hernández expresó que no cabe la posibilidad de hacer una “interpretación conforme”, debido a que el artículo en discusión es violatorio del principio de seguridad jurídica y ponía en riesgo el derecho a la salud de las mujeres y la población en general.

Esta ministra impone el derecho del grupo que le interesa, por sobre del que no le interesa. Eso es inequidad.

El personal médico que es objetor de conciencia se ha inquietado de manera inmediata. ¿Irán a ir a la cárcel como Cassius Clay? ¿Fusilados como Maximilianus? ¿Acosados y condenados como Desmond Doss?

Por su parte, el grupo que sí tiene conciencia pero que busca acallarla con dictámenes legales se alegró. Pero la interrogante surge y persiste. ¿Por qué negar la objeción de conciencia cuando se trata de efectuar un aborto? Porque no es bien vista por la ideología progresista de ultra izquierda. Porque es un derecho de las personas, en este caso, de las mujeres.

Alegar el mismo derecho para todas las personas, pero desde la plataforma de la ultraderecha, es mal visto por la ley. 

Es evidente que son dos medidas para el mismo caso, el derecho de las personas. Unas para abortar, otras para defender su conciencia. Cada uno de los grupos en la discusión presenta evidencias de lo que dicen. Ambas verdaderas. Pero solo una es cierta. ¿Cuál? Ahí El Meollo del Asunto.

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