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Prospectiva y planificación 

Raúl Ruiz.- Quienes me conocen bien y saben cómo hago mi trabajo de análisis político, mis asesorías en gestión de imagen pública y consultorías para la obtención o retención del poder, saben que utilizo básicamente como herramientas, la ciencia de la prospectiva y la teoría del caos, desde dos décadas atrás, al menos.

Refuerzo con instrumentos del marketing como las estadísticas, sondeos, encuestas y focus group, obviamente cuando el cliente se la toma verdaderamente en serio; y aplico actividades del POLITING, para obtener un resultado óptimo. Comienzo con la elaboración de un plan maestro y someto al aspirante a un scanner de personalidad al que le llamo Auditoría de Imagen.

Viene al caso, porque he tenido la suerte de interactuar con el Dr. Édgar Ortegón, autor del libro “Prospectiva y Planificación en la Era de la Inteligencia Artificial en América Latina y el Caribe ¿Cómo Salir del Entrampamiento?” 

Esto fue en el seno del seminario de prospectiva que dirige la doctora Guillermina Baena, por recomendación de mi entrañable y querida amiga, la doctora Rosa María Real Lira. El doctor Ortegón hizo una presentación magistral de su libro. El más reciente de varios, por cierto.

Y me provoca el interés por incursionar más allá de lo que es utilizar la ciencia para obtener diagnósticos más precisos, visualizar escenarios futuros y elaborar planes de prospección, para los políticos o empresarios. Sino, crear estrategia. “Es obvio que no hay estrategia porque no hay estrategas en los controles políticos. Los políticos no son ni estrategas, ni diseñadores de políticas públicas”, le dije al Dr. Ortegón.

Hace un par de décadas leí a Pedro Lamothe en su libro: “Epistemocracia: Primer tratado de reingeniería política” y decía que para salvar una sociedad, la política debería reposar en los científicos, no en los políticos. 

Los que hacemos este trabajo de análisis político y prospección, somos especialistas en la visión, expertos en el cono del futuro. Versados en previsualizar, pero tenemos el síndrome del Rinoceronte gris, figura acuñada por Ortegón, cuyo significado es muy dramático. 

Él sostiene, que los latinoamericanos vemos los problemas, los tenemos enfrente, pero nos paralizamos, al momento de intentar resolverlos, como si tuviéramos enfrente un rinoceronte gris y solo esperamos a que nos embista. ¡Y nos embiste!

Los que nos involucramos en esto de la investigación de los escenarios futuros, no tenemos pasta para transformarnos en gobernanza algorítmica o anticipatoria (así le llama él). Y me dijo: “Debes ser paciente, nuestro trabajo debe ser más bien de enlace con el círculo político. Ayudar a crear estrategia. Los políticos son una inteligencia diferente. No es que sean torpes. Razonan y actúan diferente. Reaccionan a sus intereses.”

La lectura de su libro es sumamente interesante, pues además de profundizar en el estudio de la ciencia prospectiva, incorpora el tema de cinco tecnologías disruptivas para la interacción futura, a saber:

* La Inteligencia artificial

* La fabricación  3D

* El Internet de las cosas (loT empresarial)

* Blockchain

* Realidad virtual aumentada.

Introducir estos temas me llena de entusiasmo, pues en lo personal hube de echarme un clavado profundo en tiempos del confinamiento pandémico, para comprender mejor nuestro futuro inmediato. ¿Recuerdan? Yo le agregaría, integrarnos en la comprensión del concepto Metaverso y ver cómo funciona este animal.

Ya comienzan a jugar con estos elementos políticos como la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos y la diputada Daniela Álvarez, construyendo sus Avatares. Pronto descubriremos cómo se desarrollan confrontaciones ideológicas entre los Avatares.

Yo mismo intentaré construir un COLISEO DIGITAL, dentro del cual se produzca la confrontación de ideas entre los Avatares de los políticos. Revolucionaríamos el modelo tradicional de los debates políticos. 

Hay mucho por pensar todavía. Y más por hacer. Así lo dejaré por hoy. ¡Hasta la próxima!