Inicio Perspectiva ¿Por qué fracasamos? ¿Por qué otros triunfan?

¿Por qué fracasamos? ¿Por qué otros triunfan?

¿Los gobernantes de México son solistas? ¿Los gobernantes de otros países hacen sinfónica?

Dr. Fernando A. Herrera M.- La realidad no pregunta, solo se impone. México debería dejar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El llamado club de los ricos ya no estará a nuestro alcance, la membresía es cara y ahora que hemos bajado hasta el lugar número 16 de las economías del mundo, es necesario revisar qué nos está pasando, porque el Covid lo tuvo el mundo, no solo México, así que las causas de estar descendiendo desde el 12 hasta el 16 en los últimos sexenios es preocupante. Nuestro Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado alcanzó 1.04 billones de dólares, cuando en el 2015 el Banco Mundial contabilizaba el PIB para México en 1.17 billones de dólares.

Para ser justos conviene ir hacia atrás. Por ejemplo, en 1980 el PIB mexicano era de 205 mil millones de dólares (mmdd), Corea del Sur en aquel año tenía un PIB de 65 mmdd, Indonesia tenía un PIB de 72.4 mmdd. Hoy en día, Corea es la número 10 del mundo e Indonesia nos acaba de rebasar en el ranking mundial. Corea no tiene recursos naturales, pero con disciplina e imaginación se metieron a la política industrial, además desarrollaron ciencia y tecnología. Tienen patente de automóviles, electrónica y son campeones produciendo semiconductores.

Una que no se van a creer. En 1980, México era una economía mayor que la de China e India. Hoy China es 14 veces más grande y la India 2.5 veces más grande que nosotros.

Si nos consuela saber que los chinos y los de India todavía no nos alcanzan en PIB por persona, no durará mucho, pues en los siguientes 20 años China será la primera economía del mundo y su PIB por persona andará parecido a los europeos. India tardará un poco más pero igual irán hacia arriba. ¿Por qué fracasan los países? ¿Por qué progresan los países? ¿Cómo entenderlo?

La explicación es complicada y compleja, pero lo cierto es que nos ha faltado una decisión estratégica de largo plazo y no seguir con los mandatos de cada presidente que egoístamente no quieren seguir proyectos de sus antecesores. Tampoco es que haya habido alguno bueno, pero es algo que a los mexicanos nos hace falta.

Primero, políticos responsables; segundo, políticos que trabajen para el país y no para grupos o personas; tercero, que los proyectos de gobierno sean incluyentes con la vocación de los mexicanos y las ventajas comparativas y competitivas que tenemos, tanto en lo natural como la riqueza petrolera y muchas otras cosas del campo mexicano y, desde luego el ingenio de los mexicanos que sigue fugándose al extranjero, porque en este país no los toman en cuenta.

Vamos cuesta abajo y no hacemos nada para evitarlo. Tenemos el consuelo también de que hay otros que van peor en su caída, como Venezuela y Argentina. Por ejemplo, Argentina era mayor economía que México en 1980 y ahora produce apenas un 40% del PIB de México. Venezuela, con mayores reservas de petróleo que Arabia Saudita, anda por la calle de la amargura y su PIB se ha derrumbado a solamente 47 mmdd cuando en 2010 producía 394 mmdd. Estamos mal, muy mal, pero hay otros que están peor. ¿Entonces? ¿Seguimos dormidos o despertamos?

“¿Por qué fracasan los países?” Así se llama un gran libro, escrito por Daron Acemoglu y James Robinson (*). Ellos apuntan a la interacción de factores políticos y económicos para explicar “el crimen”. Pero y el lado B, ¿por qué progresan los países?

Terquedades

Desde que Lázaro Cárdenas instauró el régimen autoritario sexenal, cada presidente quiere opacar al anterior y que el designado lo obedezca. Lo primero sí ocurre; lo segundo, para nada, hasta los echan del país.

La realidad nos dice con fiereza que hemos vivido en el régimen equivocado. Ni la independencia, ni la reforma, ni la dictadura, ni la revolución, ni el régimen autoritario presidencialista. Nada ha funcionado.

(*) Los datos del PIB y los datos del libro fueron tomados de un artículo de Luis Miguel González que escribe para El Economista.