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Por hoy escribo otra vez por escribir

Dr. Arturo Castro.- El análisis político representa un acto de intimidad en el que los pensamientos despiertan para tratar de influir en individuos o en sociedades enteras que ven al sistema político como un ente raro, con un compromiso dudoso de solidaridad y bienestar.

La política es un campo fértil para el acuerdo y la discordia, es el arte de comer sapos sin hacer gestos, que cuando se tiene tomada la medida, la fuerza acompaña al hacedor de políticas públicas para lograr los mayores beneficios, tanto personales como colectivos.

Los hechos significan aquel pasado que queda en la memoria, son puntos esenciales de la vida que se figuran y se lidian de la mejor manera para una mayor tranquilidad y paz personal.

Todos nacemos para la vida social, con sueños que llegan a convertirse en realidad, siempre se esperan porque el imaginario no tiene límites.

Por hoy solo escribo otra vez por escribir, haré mil retornos a la vida pública, tal vez no en la acción, pero sí en el relato y la propuesta por tener mejores modos y niveles de vida que coadyuven a una vida completa y placentera.

La experiencia política en sus inicios es de un excepcional aprendizaje, se disfrutan tardes agradables como lo hacían los sofistas griegos bajo un árbol, jóvenes y viejos disfrutan las ideas y las emociones sin distingo alguno.

El nuevo siglo representó el momento de representar y hacer valer las tareas asignadas con un modelo de responsabilidad y placer, me permitió servir en tareas legislativas, cuyo legado personal quedó en una sed de servicio en pro de una mejor sociedad.

La política es única y se vive solamente una vez, las ideologías y las posiciones quedan atrás para dar paso a las nuevas generaciones, que seguramente brindarán nuevos escenarios para no quedar en lo mismo de siempre.

Aunque hay aquellos políticos longevos que ostentan el poder de la misma forma que en sus orígenes, corruptos del pasado y hoy limpios y puros por decisiones del poder en turno. También existen aquellos que continúan asistiendo a reuniones vecinales en las que se pide y ofrece lo mismo de aquel México revolucionario.

Estar ocupado es un gran alimento para el alma, aparece la autoestima de amarse a uno mismo, para después hacer lo propio con el prójimo y así tener mejores resultados.

Por hoy escribo una vez más sobre la política y los políticos a quienes debo mucho una formación política heredada en una ideología liberal, nacionalista y revolucionaria. ¡Bien por aquellos que supieron ser parte de la historia!

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