Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- Por encima de todo está mi autoridad moral, incluso de la ley, nada es superior a la sagrada libertad. Si la reportera del New York Times está preocupada porque dimos a conocer su teléfono que lo cambie por otro número. Y ya está. No exageren.
¡Oiga presidente, la ley le prohíbe dar a conocer datos personales! ¿No piensa usted que fue un error de su parte? ¿Que puso en serio peligro a la periodista? No. Fíjate que no, porque ustedes calumnian y nosotros también. ¿O quién me repara el daño de sus calumnias? Si ustedes calumnian, aquí hay réplica, con todo, contra quien sea. Lo hago porque no soy corrupto. Lo que más ayuda a los dueños del mundo son las guerras mediáticas contra líderes populares.
De este texto, no hay desperdicio. Lo dijo el presidente de México. ¡Me quedo asombrado por la baja estima de un presidente que pisotea su investidura!
Debo agachar la cabeza con pena ajena. Igual que me rebasa la impotencia y la decepción del gobierno de mi estado. No logro entender la mente de quien nos gobierna, cómo perdió la dimensión de la realidad. ¿Esa creencia histórica de que ser gobernador es ser Dios? ¿Que el estado es patrimonio familiar y que nada es imposible desde esa incómoda silla del poder?
¡El poder judicial sigue sumiso, servil y en acuerdos con la fiscalía mantienen preso a César Duarte ilegalmente! Si pueden lo más, pueden lo menos. ¿Entonces puedo pensar que, siendo una figura menor o un insignificante periodista, será posible que primero me lleven a la cárcel o hagan algo contra mi persona, que corregir los crueles errores y delitos de lesa humanidad contra quien fue gobernador y presidente del poder legislativo del país?
Por el lado del presidente me queda claro que no sabe lo que dijo, ni los alcances. ¿Será el mismo caso con Maru? ¿Será la gobernadora la que no sabe lo que hace o hacen con César Duarte?
Me dicen mis amigos y amistades que estoy ciclado con Maru, he creído que pueden tener razón. ¿Entonces me callo, dejo de decir lo que estoy diciendo y que la gobernadora haga lo que quiera? ¿Para eso valen los votos? ¿Acaso ignoran que hay reclamos jurídicos en trámite contra Corral y el estado? ¿Piensan patear el bote y heredar los problemas igual que lo hizo Corral?
Lástima de la memoria tan flaca de quien fue perseguida cruelmente. ¿El glamur produce amnesia?
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