Dr. Fernando A. Herrera M.- Hace muchos años que los gobernantes de los tres órdenes de gobierno en México, han venido contemplando los problemas de fondo, pero deciden hacerlos mayores o, en el mejor de los casos, solo patean el bote.
Las nóminas han sido utilizadas como moneda de cambio en el terreno electoral, dando como resultado condiciones leoninas de todos los sindicatos gubernamentales y descentralizados del país, estados y municipios. Ejemplos como el del Sindicato de Pemex, Suterm, SNTE y CNTE y los de cada entidad y municipio, por las mismas.
Cobran más años de jubilados que los que trabajan, consecuencia (no en todos los casos) natural de la mayor oportunidad de vida, pero me refiero a que se jubilan con muy pocos años de trabajo.
Sería mucho mejor trabajar menos días por semana y menos horas por día pero con más años. Muchos países ya lo hacen, trabajan semanas de 28 o de 30 horas con cuatro días a la semana, lo cual deja espacio para uno mismo y la familia y se pueden trabajar hasta una suma de 80, número que resultaría de la edad y los años trabajados.
Por el lado del gasto público nunca ha habido control real con los titulares y altos funcionarios. Agregue el porcentaje que se escape por corrupción, otro tanto por la falta de auditorías de gestión que valore lo que hace cada quien y si debe estar donde está.
Todo junto agranda el gasto corriente hasta amarrarlos de las manos en cuanto a la capacidad de maniobra. El presidente, los gobernadores y presidentes municipales están en las mismas. Estamos a la espera del colapso económico del país, que de darse, tendría la única solución posible: devaluar la moneda o quitarle ceros, como Salinas de Gortari, porque solo se puede obtener dinero de los ciudadanos, no existe otro camino (**). En estos días estamos en lo que se conoce como estanflación, es decir, estancados como país y con inflación en productos básicos cada vez mayor. ¿Cuánto cuesta un limón?
Los ahorros del presidente son una broma comparados con lo que realmente hay que hacer.
Terquedades
Los servicios de salud siguen siendo letra muerta en la Constitución. AMLO dijo que con él todos tendríamos hospital y medicinas gratis, como obliga la Constitución, pero no hay para cuándo, creo que solo pateará el bote para el que sigue.
La educación ha conseguido avanzar, pero jamás hasta donde garantiza la Constitución. Los organismos sindicales, uno y otro y los demás de los estados que los tienen, en secciones, se han apoderado de todo y para su ventaja. Dejan estados como Guerrero, Chiapas y Michoacán sin clases cada que les da la gana o más bien dan clases cuando les da la gana.
Si dos muestras indispensables como la salud y la educación jamás se han cumplido, no vale la pena caer en minucias, de todos modos estamos mal, muy mal, tan mal, que cuando estábamos peor estábamos mejor.
(**) En economía básica se explica así que un país no puede quebrar. Se friegan los ciudadanos.