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Pandemia y bioética

Raúl Ruiz.- El diccionario define como Bioética, el estudio de los aspectos éticos de las ciencias de la vida (medicina y biología, principalmente), así como de las relaciones del hombre con los restantes seres vivos. Es muy amplia la interpretación que uno puede darle a esta definición.

Yo, hasta antes de la pandemia, le daba una interpretación a la Bioética, como apoyo a la ecología y la protección del medio ambiente. Una fortaleza para crear conciencia y procurar mejorar el daño que le estamos haciendo al planeta.

La ética es una disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano, pero la idea popular que entendemos del vocablo es el conjunto de costumbres y normas que se consideran buenas para dirigir o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad.

Por eso me involucré en un proyecto ecológico con la trituración de los desechos de neumáticos y su destrucción final, pero ese tema lo abordaré en otra ocasión. Sin embargo, esta definición de la Bioética justifica proyectos de experimentación para encontrar beneficios a la salud, pero sobre todo la vanidad.

Seguramente usted conoce de algunos experimentos que los laboratorios de cosmetología hacen con algunos animales, para que los clientes luzcan mejor. Habitualmente, las especies utilizadas en pruebas para cosméticos y otros tipos de químicos son conejos, cuyos, ratones, ratas y en algunos químicos (no en cosméticos) utilizan perros, cerdos y hasta pequeños primates.

Recientemente, en México, el Senado de la República aprobó por unanimidad el dictamen que establece la prohibición de realizar pruebas de cosméticos en animales. El dictamen, aprobado, fue turnado a la Cámara de Diputados, donde se discutirá y votará, probablemente a finales del año.

Con ciertas excepciones, la propuesta de ley pondría punto final en el país a todas las pruebas en animales realizadas para productos cosméticos y sus ingredientes. Este es un paso muy importante en favor de la protección animal en México. Ratones, ratas, conejos y conejillos de indias son sometidos a procedimientos muy dolorosos y estresantes con esta finalidad. 

En estos estudios, que generalmente no usan analgésicos, se mide el grado de irritación e inflamación en ojos y piel; en consecuencia, los animales se pueden quedar ciegos, sufrir convulsiones o incluso morir. Es frecuente que estas pruebas produzcan resultados inexactos o erróneos dado que el grado de lesión es subjetiva para el observador.

El punto es que, este asunto de la Bioética, se amplía a los recientes experimentos que se hicieron con humanos para descubrir las reacciones de los diversos modelos de vacunas para frenar el contagio de la Covid-19.

En breve se abrirá la frontera terrestre entre Estados Unidos y México, para lo cual, las autoridades norteamericanas exigen el cumplimiento de ciertos requisitos.

1. Documentación de rigor. Visa y pasaporte reciente.

2. Certificado de vacunación con la aplicación de dos dosis.

3. Documentos en regla de su vehículo y obviamente con su seguro.

Vacunas aceptadas: Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Covishield, BIBP/Sinopharm, Sinovac y Coronavac.

Vacunas no aceptadas: Sputnik V, Novavax, Abdalá y Soberana.

Este, es el punto medular de mi columna. ¿La Bioética flota en la atmósfera de la OMS o priva el interés económico y político del orbe para autorizar o no autorizar determinada marca de vacuna? ¿Realmente, este organismo mundial procura el bienestar y la salud de los humanos o se presta a un perverso juego de intereses?

El tiempo nos lo dirá. Por lo pronto, el lunes 8 de noviembre se abre la frontera terrestre y las líneas estarán saturadas. Se prevé un tiempo de espera entre 4 y 6 horas, por lo que se recomienda viajar con un alimento en el estómago, agua para hidratarse y obvio, todos sus documentos en regla. ¡No corra riesgos!

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