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Pandemia negra

En la época actual, los países pueden dividirse entre los que tienen y los que no tienen petróleo. Jolopo “El Perro de Caparroso”

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Nos encontrábamos en el solarium de la casa tostándonos el lomo y la panza, porque si algo necesitamos los nórdicos, es sol, “muncho” sol; ya para terminar de solearnos como las lagartijas, sonó “er celulitis”; era la familia para preguntarnos si todavía teníamos un hálito de vida, les contestamos: Yes en inglés y taka taka en japonés y a la regadera para darle la revancha al agua.

Ya bañaos y talquiaos, aquí nos tienen, tecleando, letra a letra, este tema semanal al que se nos ocurrió titular pandemia negra, sin que tenga nada que ver con la peste negra, porque eso es otra cosa, esto se referirá a la precipitada caída del precio del petróleo, que sin lugar a dudas, fue un duro batazo para el Primer Beisbolista del país y su secretaria “N”.

El mundo del petróleo se fue a la sima, al fondo, al abismo, al desfiladero, al barranco, al precipicio, a la nada, pues al dejar de tener valor el pastoso líquido, todo se derrumbó, dentro de mí, dentro de mí, hasta tu boca ya, me sabe a hiel, me sabe a hiel…

Perdón, perdón, lo que Cuauhtémoc quiso decir es que… todo lo concerniente al petróleo, se esfumó como por arte de magia, no sin antes haber sido México, a través de su secretaria de Energía, por las poses que adoptó en una videoconferencia internacional, el hazmerreír de los jerarcas petroleros del mundo, entre quienes sobresalían los “harbanos” árabes.

Por esta razón y muchas más, el monopolio estatal de PEMEX sigue siendo un barril sin fondo y su futuro, con esta pandemia negra, es muy incierto, debido a la baja del energético, por lo que las mentadas -no de mamá-  agencias calificadoras e instituciones financieras, le bajaron la calificación a la eternamente saqueada, salvo opinión en contrario, empresa petrolera mexicana, que sigue siendo cueva de Alí Babá, en el sexenio de la 4T.

A esto, agreguémosle que el Primer Tabasqueño de Palacio, terco como una mula, insiste “velis nolis” ciudadano azteca, en rescatar a Petróleos Mexicanos y le echa dinero bueno al malo, porque para él, fuera de los neoliberales, los neoporfiristas, sus adversarios y los chicos malos de la prensa, el petróleo es la panacea que resolverá todos los males de México y con esa riqueza escondida en el subsuelo, cree que podrá realizar, contra viento y marea, sus monumentales y sexis obras del sexenio: El aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.

Pemex ya tiene 84 años 84 de edad, es octogenaria, está anciana, cansada, arrugada, exprimida por sus altos funcionarios y líderes corruptos que siguen en la impunidad e hipertensa y si se descuida, le pueda caer, para el colmo de sus males, el Sr. Corona Virus y ya no está para esos trotes.

Y según los enterados, el monopolio estatal petrolero no será, en el futuro cercano, la solución adecuada para la realización de las obras de Andrés, la solución de los graves problema de México, de este Cuerno de la Abundancia, que en este gobierno transformador, aún sigue siendo solamente para unos cuantos. Vale.