Inicio EL MEOLLO DEL ASUNTO Noventa días más de tregua

Noventa días más de tregua

Daniel Valles.- Para México, no entrarán en vigor los aranceles al 30% como se había anunciado. Eso, porque el presidente Trump así lo dispone. No porque en la parte mexicana haya habido alguna estrategia efectiva que hiciera cambiar al mandatario estadounidense. El Meollo del Asunto es que México baila al ritmo que le toque Trump. No le queda de otra.

Y así fue. El 1 de agosto llegaba como espada sobre la cabeza del comercio mexicano. La amenaza era clara: 30% de arancel a todos los productos hechos en México que crucen hacia Estados Unidos. ¿Motivo? Según Trump, el gobierno mexicano no ha hecho lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo. Punto.

Claudia Sheinbaum reaccionó como ha hecho en casi todo lo importante desde que asumió: con una llamada telefónica y una publicación en X. Dijo que fue una “buena reunión” y que se llegó a un acuerdo. Trump, en su estilo, le dio otra lectura: “Fructífera reunión” y aclaró que es “exactamente el mismo acuerdo que tuvimos durante el corto periodo anterior”. Es decir, lo mismo, con nueva fecha.

Pero la supuesta victoria no fue tal. Mientras tanto, México sigue pagando. Un arancel del 25% a los automóviles y un 50% al acero, aluminio y cobre. Además, se compromete a eliminar de inmediato sus barreras comerciales no arancelarias.

¿Eso es negociar? No. Eso es someterse. Porque este no es un acuerdo entre iguales. Es el viejo método Trump: amenazas primero, concesiones después. Y si no cedes, pagas.

Lo verdaderamente preocupante es el futuro inmediato. Estos 90 días no traen paz, traen incertidumbre. Las reglas no están escritas, sólo aplazadas. Trump ya dejó claro que en este plazo se deberá firmar un nuevo acuerdo comercial. Uno a su gusto, por supuesto. Sheinbaum apenas sí se acomoda en la silla presidencial y ya está atrapada en una negociación desigual, sin margen y sin rumbo claro. Lejos está el de ser una gran negociadora, como algunos ingenuos dicen y piensan.

¿Y las reacciones de los sectores productivos mexicanos? Contención. Esperan, cruzan los dedos y mueven el ábaco. No se puede planear ni invertir con una espada colgando. La pausa no despeja el horizonte, sólo lo nubla más.

Mientras tanto, la presidenta se aferra a la idea de que dialogar con Trump es señal de fortaleza. No lo es. Es señal de urgencia. Y de que no hay un plan B. Ni siquiera un plan A sólido. Porque esto, hay que decirlo, se veía venir desde hace meses. Y, como casi siempre, se reaccionó tarde, mal y sólo para apagar el fuego.

Ahora sólo faltaría que México no haga su parte y antes de los 90 días, Trump cambie de opinión. O que finalmente en octubre, nos dé una “Noche de Brujas”. Ahí El Meollo del Asunto.