Abraham Monarez.- ¡Nos están matando! No solo a los periodistas, a los activistas sociales, a quien asaltan y le dan un disparo por resistirse a que se lleven sus pertenencias. Están matando los sueños de cientos y miles de personas que hacen un trabajo digno, de informar, de luchar contra las cosas que como sociedad todos deberíamos de repugnar.
Hace más de diez años vivíamos en la ciudad más violenta del mundo, más violenta que Afganistán teniendo conflictos bélicos y que tenía miles de soldados peleando una guerra injustificada.
Hace diez años recuerdo que un grupo de jóvenes nos levantamos y alzamos la voz, existía por lo menos dentro de nuestro círculo cercano una persona que había sido victima de la violencia en nuestra ciudad.
Conocí a personas con los mismos pensamientos de enojo, de frustración de ver a jóvenes cayendo por el crimen organizado, de cómo la autoridad en aquel momento solamente iba y acordonaba la escena de un crimen violento, nuestras autoridades estaban acorraladas.
En ese momento un grupo de jóvenes de todas las clases sociales y gustos levantamos la voz. No era justo que no podíamos salir a divertirnos porque en cualquier lado un grupo de personas sembraba el terror sin que nadie les hiciera nada.
Esos jóvenes en aquel momento decidieron no esconderse en sus casas, esos jóvenes crearon un movimiento en la ciudad sin precedentes de participación ciudadana, donde no solo levantaban la voz sino que también proponíamos soluciones, esos años donde no dormíamos pensando en que necesitábamos generar canales de comunicación para generar oportunidades a esos jóvenes que el crimen organizado y la inseguridad nos estaba arrebatando, invitándoles que se unieran a ellos y días o meses después los terminaban matando.
El hartazgo de una sociedad tan golpeada nos obligó a que un joven de escasos 25 años levantara la voz en un evento donde estaba el presidente de la república, diciéndole “Queremos ser parte de la solución”. Donde un amigo que era del Valle de Juárez trabajaba por su comunidad y todos los días hacía dos horas de camino para ir a la universidad, lo secuestraron y lo encontramos dos días después sin vida. Donde un servidor le dijo al gobernador en su momento cómo, cuándo y dónde trabajaremos en conjunto sociedad y gobierno para generar soluciones juntos.
Veo una nueva generación dormida, la violencia la hemos adoptado, ya no nos preocupa o nos entristece ver en las noticias día con día cuánta gente sufre por causa de la violencia que vivimos.
Nos están matando, están matando la ilusión a cientos de familias, están matando la falta de paz en los hogares, parques y calles que transitamos.
Debemos alzar la voz, debemos volver a pedir que las cosas cambien, debemos proponer soluciones.
* En memoria de Elmer García Archuleta, amigo y compañero de la red de Agrupaciones Juveniles de Ciudad Juárez.
