Inicio LA OTRA NORMALIDAD No a la revocación del mandato presidencial

No a la revocación del mandato presidencial

Jorge Quintana.- El pasado domingo 1 de agosto, se desarrolló en el país el primer ejercicio constitucional de consulta ciudadana teniendo como base una pregunta, que más bien es un galimatías jurídico, que preguntaba a la ciudadanía, si debía o no aplicarse la ley.

Un ejercicio perfectamente planeado por el presidente de la República, para mantener ocupados a todos y distraer la atención sobre la problemática real del país, cada vez más compleja.

Como todas sus estrategias políticas, esta consulta seguirá dando qué hablar y qué comentar durante algunas semanas, mientras se termina de desacreditar a los consejeros del INE y proceder a su sustitución o a la creación de un nuevo organismo, más acorde a los intereses del presidente.

El siguiente petardo distractor será la consulta o plebiscito para el mes de marzo del año entrante, que tratará la revocación de mandato del presidente, una vez más, caeremos en su juego de campaña para continuar escondiendo la realidad nacional.

Para empezar, aún no existe la ley reglamentaria que regule el proceso de revocación de mandato y por lo que se está presentando en el escenario político, en los próximos meses se someterá el proyecto de ley ante el Congreso de la Unión.

Ahora el tema de discusión será el proceso de consulta sobre el particular, y así, nuevamente a perder tiempo y dinero en una consulta, ya inútil. Muchos serán los argumentos que esgrimirán el presidente y los integrantes de Morena, acerca de su legalidad y validez, mientras las cosas siguen empeorando en México.

Pensemos que un argumento será la irretroactividad de la ley, otro la incapacidad del INE para organizar y desarrollar la consulta, otro los tiempos para la difusión y la implementación del proceso, etcétera, y así, se va a pasar otro año del periodo de duración del sexenio. Esta estrategia ya la conocemos.

Desperdiciamos un instrumento fundamental de la democracia, el domingo anterior, para iniciar un nuevo periodo en la vida republicana, porque era sencillo someter a consulta cuestiones más importantes, trascendentes para la vida nacional, que preguntar si aplican la ley o no el Ejecutivo federal y la Fiscalía General de la República.

Es más importante consultar la pertinencia de los proyectos principales y faraónicos del presidente, la política de subsidio a la tortilla, el control de precio del gas, etc.

El presidente fue electo para un periodo de seis años y debe mantenerse en el ejercicio del poder Ejecutivo federal esos seis años. Asumir las consecuencias de su administración y someterse al juicio de la historia posteriormente, porque la revocación de mandato aún carece de los medios legales para su operación y por lo tanto, será inconstitucional la consulta, toda vez que es aplicar la ley a una situación nacida bajo el imperio de una ley anterior.

Por eso digamos no a la revocación de mandato y dejemos de seguir enganchándonos con los deseo de López Obrador. Que termine su mandato y que no sirva la consulta para que le demos argumentos para perpetuarse en el poder, que ese será su deseo y es su leit motiv, para que se lleve a cabo el proceso el mes de marzo del siguiente año.

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