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Negligencia oficial

Es indispensable que se tome alguna medida para defender a la Comunidad contra la incapacidad, la negligencia o la pérdida del gobierno del magistrado principal. James Madison, político estadounidense

Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Al paso de los días, la magnitud del desastre que dejó el huracán “Otis” en Acapulco, ya emergió en toda su magnitud. Poco a poco fue apareciendo la destrucción y también la incompetencia y negligencia del gobierno de la 4T, representada por el bienhechor de Macuspana.

El Viejo, trepado en un jeep chatarra de las fuerzas armadas, se atascó. El comandante supremo se tuvo que enlodar los “cacles”, se tomó la foto y como pudo, llegó al puerto, donde abordó un helicóptero y regresó a su hogar dulce hogar. Así se vio en la tele. ¡Conste!

Los porteños, en el momento de elaborar esta entrega, aún están incomunicados en algunas partes de la región guerrerense; hasta el ejército se quedó mudo, quizá aún no tienen telefonía satelital, a estas alturas del siglo XXI; sin embargo, paulatinamente las comunicaciones, radio, prensa escrita, televisión y telefonía se han ido reanudando, gracias a los competentes y responsables trabajadores mexicanos.

Es lamentable que el Viejo sólo acepte halagos, elogios, odas, aplausos y agradecimientos a granel, pero eso sí, nada de reclamos, de peticiones, de demandas, porque eso es traición, estar contra él, es deslealtad, es politiquería y eso no lo va a permitir porque en su gobierno, no pasa nada, todo está bien, aunque la madre naturaleza, enrabietada, azote con furia inaudita el territorio mexicano. ¡Al diablo con ella!

El gobierno de la 4T lo puede todo y estará al pendiente de los damnificados de Acapulco y entregará la ayuda correspondiente en forma directa y ninguna institución civil le hará sombra. Él es el benefactor de la nación, él es el transformador de México, él es el redentor, él es el bienaventurado, él es el mesías y nadie más.

¡Cuánta negligencia oficial, cuánto egoísmo, cuánta perversidad, cuánta perfidia, cuánto odio del Jefe hacia la sociedad que lo llevó al poder!; mientras, la alcaldesa del puerto, Avelina López Rodríguez, haciendo gala de un marxismo trasnochado, dijo sin pudor alguno que los habitantes del puerto no robaron, que solo fue un acto cohesión social. 

Lo cierto que es que Acapulco ya no volverá ser el mismo; bueno, de hecho y gracias a la delincuencia, hace muchos años que ya no es la Perla del Pacífico que antes fue. Vale.