MÉXICO- La industria automotriz de Norteamérica probablemente comenzará a recuperarse en 2022, aunque las empresas todavía tienen que encarar un proceso de reorganización, tanto por el choque del nuevo coronavirus como por el renovado pacto comercial de la región, consideraron expertos.
El expresidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Eduardo Solís, recordó que en el caso de México, después de tres años de estabilidad en la producción y exportación, los indicadores se desplomaron en 2020 por la llegada del nuevo Coronavirus.
A partir de junio pasado, además, la reapertura del sector ha sido lenta, en sincronía con los socios del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) de libre comercio.
“Todavía tenemos una limitación del 50 por ciento en la producción debido a la pandemia y esperamos que en las próximas semanas se pueda superar ese porcentaje”, indicó Solís, quien ahora es asesor de comercio internacional para la industria.
“La pandemia también ha tenido un efecto en la demanda de nuevos vehículos en Norteamérica (…) mi expectativa es que tal vez regresemos a las cifras de 2019 al final de 2022 o tal vez 2023”, agregó el experto a periodistas en una videocharla.
México y Estados Unidos podrían ver este año un desplome del 25 por ciento en lo que respecta a la demanda de vehículos nuevos, debido a la pandemia de la enfermedad del nuevo Coronavirus (Covid-19), lo que afectará los procesos de producción de las empresas en Norteamérica.
Para Solís, no obstante, la entrada en vigor del T-MEC el pasado 1 de julio representa un estímulo para las compañías, dado que la principal modificación del sector con respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se encuentra en las “reglas de origen”.
Una de las cuatro novedades en la “regla de origen” del T-MEC se refiere a que el 75 por ciento de los insumos utilizados para el armado de un automóvil debe tener como procedencia Norteamérica, un porcentaje mayor al 62,5 por ciento que tenía el TLCAN.
Solís, como otros varios expertos, consideró que la modificación obligará a varios proveedores a reorganizar sus estrategias para llevar con más ímpetu sus productos y fábricas a la zona de Norteamérica dentro del periodo de transición al requerimiento, que es de tres años con opción a ampliarlo otros dos.
“Está claro que las empresas manufactureras de nivel uno y dos en las cadenas de valor que no estaban preparadas para la nueva regla en el T-MEC, ahora lo estarán con mayor razón por la COVID-19”, agregó.
A su vez, la fundadora y directora de la firma estadounidense Alderney Advisors, Alicia Masse, opinó que para que el reacomodo de las cadenas se dé también hará falta que las empresas cuenten con la liquidez suficiente, algo que todavía tomará algún tiempo por la presencia del nuevo coronavirus.
De acuerdo con Masse, debido a la pandemia de Covid-19, las empresas en Estados Unidos orientadas a la industria automotriz podrían requerir recursos de entre 20 mil y 50 mil millones de dólares para resarcir el impacto este año.
“Durante los meses altos de la pandemia, estimamos una elevada demanda entre aquellos proveedores que no tienen un acceso fácil a los medios de financiamiento”, dijo la experta en el seminario “El liderazgo como pieza fundamental para navegar en época de incertidumbre en la industria automotriz”, realizado en días recientes.
En coincidencia con Solís, la experta estimó que la producción automotriz en Norteamérica regresará a la zona de los 16 millones de unidades dentro de algunos años, probablemente en el 2024, afectada en parte por la quiebra financiera de algunos arrendadores de vehículos, los principales compradores estadounidenses.
Norteamérica produjo 16,8 millones de vehículos en 2019, antes de la llegada del Covid-19 y en la antesala de la puesta en marcha del T-MEC, según recordó Masse.
En tanto, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ignacio Martínez, indicó que aun cuando la recuperación de la industria automotriz en Norteamérica será pausada, destacará por ser de las primeras en salir de la crisis, gracias en parte a los atractivos para invertir que da el T-MEC.
“El aumentar las reglas de origen va a provocar mayor inversión, sobre todo en México”, precisó el experto a Xinhua.
Martínez consideró que los capitales se moverán bajo el modelo “intra firma”, es decir, el que realizan las empresas transnacionales que están en una misma estructura organizacional, como es el caso de varias compañías chinas.
“Para las empresas chinas que producen ya autopartes en México, la regla de origen las llevará a elevar su inversión y eso no ocurrirá solamente en el sector automotriz, sino también en la industria aeroespacial o en infraestructura”, precisó.
Antes de que el TLCAN entrara en vigor en 1994, Estados Unidos tenía una participación del 78 por ciento en lo que respecta a la producción total de vehículos en Norteamérica, seguido por Canadá con el 15 por ciento y México con el 7 por ciento restante, según datos de la AMIA.
En 2019, el último año entero de vigencia del TLCAN, la proporción cambió a Estados Unidos con el 65 por ciento, México con el 23 por ciento y Canadá con el 12 por ciento.
Xinhua