Abraham Monarez.- ¿Quién no ha escuchado detonaciones cerca de donde está o presenciado un acto de violencia, conocido un amigo o pariente que ha sido víctima de lo que hoy en día lo hemos normalizado en nuestras calles: LA VIOLENCIA E IMPUNIDAD?
La violencia nos ha rebasado a todas y todos, pero hoy quiero detenerme a escribir lo que pasó el fin de semana en un espacio donde cientos de familias van a disfrutar un partido de futbol, terminando este encuentro por cancelarse por la riña entre dos barras de porras.
Nos indignamos. En redes sociales vimos cómo personas que podemos toparnos y convivir en un día cualquiera, fueron quienes en un momento empezaron a golpear a familias, mujeres, niñas y niños, sin importar quiénes eran solamente por traer una camisa del equipo contrario.
Indignante cómo hemos normalizado la violencia. Estas personas sabían que no iba a haber una consecuencia grave a sus actos, una investigación que realmente desmintiera lo sucedido. Se identificó a los presuntos culpables por medio de redes sociales, por videos y por denuncias de sus propios padres. No existe un debido proceso ¿Por qué? Porque existe total impunidad dentro de los órganos que deben garantizar la seguridad, no solo en ese momento en una cancha de futbol, sino fuera de ella.
La violencia ha llenado de sangre a México; nuestras calles, nuestras familias, nuestros lugares donde nos sentimos seguros. La impunidad es algo que día con día lo vemos y ¿qué pasa? No hacemos nada, es normal ya verlo normal. ¿Quienes están mal: la autoridad o nosotros? En esta columna planteo algunas preguntas que debemos meditar y debatir. Sugerir respuestas, señalar culpables, protestar con voz fuerte y no permitir que todo esto que sucede en nuestras calles siga.
Necesitamos ser parte del proceso del cambio para poder ver el resultado, sea ya a corto, mediano o largo plazo, debemos involucrarnos en la problemática de nuestra ciudad, de nuestras calles, y tengámoslo por seguro que con el tiempo veremos que las cosas mejoren en nuestra ciudad.