Javier Armendáriz Cortez.- Indudablemente en esta búsqueda por la cultura de Ciudad Juárez y por la educación nos encontramos con el maestro Gabriel Dueñas y decidimos invitarlo a un cafecito para hacer esta entrevista para los lectores de Juárez Hoy.
¿Cómo ve la educación en México en referencia con otros países?
Creo que la educación en México como en otros países obedece a muchos planteamientos que se hacen a nivel internacional en conferencias como la de Jomtien (Tailandia), Dakar (Senegal) o Icheon (Corea), donde se marcan las pautas que van a seguir las reformas educativas en los países. Me parece que antes de la pandemia el modelo educativo iba a sufrir una transformación y es cuando se empieza a hablar de la Nueva Escuela Mexicana, pero en general el Sistema Educativo en México está atravesando por una crisis.
Me parece que no se están logrando en su totalidad las habilidades, conocimientos y competencias establecidos en los lineamientos de los planes y programas de estudio. La educación en México sigue teniendo problemas de eficiencia terminal, deserción escolar y bajo logro académico.
Además, tenemos muchos problemas educativos de los que nos tenemos que ocupar todos: maestros, padres de familia, investigadores y pedagogos para empezar a buscar respuestas alternativas para abonarle a un nuevo esquema de educación en México. Hay que ver si en esta nueva normalidad existen las bases para ir atacando problemas de cobertura, de eficiencia terminal, problemas de calidad de los aprendizajes.
¿Qué opina de la reforma educativa llamada La Nueva Escuela Mexicana?
La de Peña Nieto fue una reforma muy cuestionada, no fue una reforma del sistema pedagógico docente de la educación, sino que fue una reforma administrativa laboral a la que finalmente se le acusó de ser una reforma punitiva contra el magisterio por todo lo que implementó en cuanto al sistema de evaluación sin tomar en cuenta la dimensión pedagógica, la dimensión organizacional y sin la participación de los maestros.
Por esto fue una reforma fallida que no se concretó, que lo único que hizo fue causar un enorme malestar e incertidumbre en el magisterio. Ahora este gobierno plantea La Nueva Escuela Mexicana, de la cual dan a conocer algunos planteamientos en cuanto al ámbito pedagógico y una reestructuración curricular, pero me parece que esta reforma aún no está acabada.
Los planteamientos que hace la Nueva Escuela Mexicana como constituir las comunidades profesionales de aprendizaje me parecen una buena estrategia, pero hay que trabajarla mucho y sensibilizar a los maestros.
¿Cuál quiere que sea su legado en la educación?
Como todo maestro, como todo profesor, lo que hago es sembrar, y a veces tenemos la oportunidad de visualizar un poco cómo se concretó lo que sembramos, cuando encontramos a un ex alumno que ya es profesionista, que ya está en el ámbito laboral con cierto éxito, pero es una apuesta que hace uno, voy a poner mi granito de arena para que este adolescente sea un ciudadano de bien.
Nosotros hicimos una aportación muy importante, fue un proyecto de 10 años que nunca se había planteado. El Proyecto de Renovación Pedagógica, que era un modelo de gestión escolar democrática, cuyo eje fundamental era generar una mayor participación de los padres de familia y de los alumnos para provocar un cambio en las escuelas.
Esa experiencia todavía está por sistematizarse, pero sí estuvimos trabajando con alrededor de 50 escuelas en el estado. Aquí en Ciudad Juárez trabajamos en unas 30 escuelas porque hubo supervisores que nos apoyaron bastante como el maestro Jesús Márquez y otros compañeros que asumieron el proyecto, lo que nos permitió avanzar en esta experiencia que era básicamente un experimento y logramos ver que la escuela pública se puede transformar.
Este proyecto recibió durante el primer año la Medalla Chihuahua al Mérito Educativo.
¿Cuál ha sido su mayor reto?
Intentar estructurar una propuesta que realmente impacte, para los tomadores de decisiones. Ahora ando buscando un espacio como un laboratorio pedagógico, con el fin de poder demostrar que sí se puede construir una escuela para desarrollar un nuevo modelo pedagógico y formar alumnos con una perspectiva crítica.
¿Cuál ha sido la mejor clase que ha impartido y por qué?
Yo sostengo que a veces uno conecta con los alumnos en un tema, en la discusión, en la actividad, etcétera y esas son las mejores clases. Las clases en las que los grupos están muy conectados con sus maestros y participando, cuestionando, aportando y acoplándose en las actividades que uno les propone. Se les educa desde una didáctica problematizadora y se les facilita el aprender a pensar.
¿Cuáles son las características de un buen maestro?
Necesitamos maestros militantes de la pedagogía y eso implica estar permanentemente actualizado y buscar la innovación para resolver problemas. Los maestros tenemos el compromiso ético de ser especialistas en la ciencia que enseñamos y ser expertos en la metodología del aprendizaje de esa ciencia. Debemos asumir que el alumno no es un objeto, sino que se trata de un sujeto senti-pensante. Lo que necesitamos son ambientes socio-afectivos, desde una pedagogía de la ternura.
¿Cómo desarrollar el pensamiento crítico en los alumnos?
Tenemos una escuela secuestrada por los programas, por una cultura pedagógica que a veces no permite la libertad de pensamiento en los alumnos. La Red de Escuelas Alternativas tiene como base la pedagogía Freinet y estas escuelas sí fomentan el pensamiento crítico. Si no tiene un pensamiento crítico, ningún maestro podrá hacer que sus alumnos tengan un pensamiento crítico, como por ejemplo saber sintetizar un texto, desarmarlo, volver a armarlo, reelaborar el texto y hacer su propio texto.
¿Cómo surge la innovación?
En ese campo tenemos un enorme vacío, pero no dudo que algunos maestros estén tratando de mejorar sus métodos, pero no existe desde el marco institucional el impulso a la innovación. Es tanta la carga administrativa que le queda muy poco espacio al maestro para innovar.
¿La estrategia de Aprenda en Casa del gobierno federal, está triunfando o qué debemos mejorar?
He revisado los análisis de investigadores como Ángel Díaz Barriga, y entiendo que es un absurdo tener pegado al niño o joven 4 horas en la televisión para luego recibir un montón de tareas que termina haciendo la madre o el padre. Quizá el gobierno deba buscar una estrategia para salvar el ciclo escolar con una estrategia exitosa, pero esta está fracasando pues las habilidades y aptitudes no se están logrando porque hay millones en México que no tienen internet.