Jorge Quintana Silveyra.- Es evidente que las próximas administraciones locales, estatales y municipales, se van a encontrar con retos económicos y sociales de gran calado, y van a requerir de ingenio, innovación y creatividad para sortear los enormes obstáculos que se les presentarán en el ejercicio administrativo.
En la esfera estatal la problemática será mayúscula, la inseguridad que se manifiesta diariamente en todas las regiones del estado, no tiene manera de terminar y no vemos a corto plazo, una estrategia determinante para garantizar la paz y tranquilidad de los chihuahuenses.
Aunado a este flagelo nacional, que tampoco en esta esfera competencial vemos una clara política de reforzamiento del estado de derecho y sí una, cada día más clara, actitud de ignorar el problema y generar cortinas de humo, de manera constante; las reuniones tempraneras del gabinete de seguridad solamente demuestran los escasos resultados en el combate a la delincuencia.
Por otro lado, la crisis económica que experimenta el sector público y también el privado, no va a tener una solución a corto plazo, así, las finanzas estatales estarán cada vez, ¿o cada mes?, más críticas, súmele a esto, la crisis de Pensiones Civiles del Estado, de todo el sector salud y el pago de la deuda que no deja respiro para realizar acciones que hoy son prioritarias para el desarrollo del estado.
Pero también esto sucede en la federación, con pérdidas multimillonarias en la paraestatal Pemex y los recortes al presupuesto federal, que para el próximo año, será necesaria la liquidación de muchas dependencias para poder satisfacer las demandas más elementales de la población.
Hasta el día de hoy, la inversión del gobierno federal en Chihuahua es escasa y se privilegian las decisiones centralistas sobre las prioridades de la ciudadanía, a quien poco se escucha y menos se acude para resolver de forma eficiente la problemática que enfrenta cotidianamente en su realidad.
Pero también se enfrentará el futuro gobierno municipal a la quiebra técnica del fondo de pensiones municipales, el aumento evidente en el personal que labora en la administración municipal y claro, el rezago de infraestructura urbana y de servicios que no tiene fin.
No hay otra forma de enfrentar los retos, solo el cogobierno y la planeación participativa.
La microplaneación por colonias, barrios o sectores delimitados, será y es la única manera de resolver las necesidades más urgentes y planear a corto, mediano y largo plazo, el desarrollo de este municipio, cuya población cada día experimenta más la improvisación y las obras que no resuelven sus aspiraciones a conseguir el cumplimiento de sus derechos a la ciudad.
Esta planeación obedece más a la movilidad de los autos que a la accesibilidad elemental de la ciudadanía a los servicios públicos y sociales en su perímetro de convivencia diaria.
Si desde ahora, nos ponemos a trabajar todos y todas en la microplaneación, para resolver de manera radial las necesidades de los habitantes del estado, estaremos asegurando a largo plazo el cumplimiento de los fines fundamentales del orden jurídico estatal: Justicia Social, Seguridad Jurídica y Bien Público.
No olvidemos que la responsabilidad primera son los gobernados de cualquier estrato social, en la medida que mejoremos la calidad de vida de todas y todos, mejoraremos la calidad de nuestras ciudades y municipios.
Está demostrado que a mayor participación comunitaria en la tarea de hacer una mejor sociedad, hay menos violencia y mayor seguridad. La propuesta debe ser más planeación participativa y más responsabilidad en la tarea de cogobernar.