Lic. Maclovio Murillo.- Mucho se ha dicho y escrito respecto a si los 43 senadores de la República que suma la oposición integrada por PAN, PRI y MC -si es que nadie se raja o es cooptado- pueden frenar la dañina y perversa reforma judicial cuyo evidente propósito no es mejorar el sistema de impartición de justicia, sino exclusivamente que el gobierno morenista liquide a los juzgadores actuales y proceda a nombrar otros sin mediar rigurosos concursos de oposición ni evaluaciones previas, solo con la finalidad de sustituirlos con personas a modo y de consigna, para que respondan a sus especiales intereses, haciéndose así añicos la independencia y autonomía judicial, tan necesarias para una imparcial y correcta impartición de justicia.
La discusión colocada en el plano nacional es debido a que de los miembros que ocupan el Senado de la República, son 85 de MORENA y sus rémoras, incluyendo a los dos traidores del PRD que se fusionaron a esa bancada. Mientras que los opositores suman solo 43, si es que alguno no se raja o acepta vender su voto a cambio de dinero o cancelación de alguna investigación penal en su contra.
La interrogante es si esos valiosos 43 votos, en este momento, son objetivamente suficientes para frenar la referida reforma.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos precisa que para poder aprobarse las reformas a la misma, se requiere de mayoría calificada integrada por las dos terceras partes de los asistentes, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, en la inteligencia de que para la aprobación de una reforma de ese tipo, se requiere que la misma tenga aprobación en ese porcentaje, en las dos cámaras, pues si no fuera así, la misma debe desecharse, sin poder presentarse nuevamente hasta otro periodo de sesiones.
La Cámara de Senadores del Congreso de la Unión, es integrada actualmente por 128 miembros. Si se realiza una operación aritmética, podríamos concluir que 128 divididos entre 3, dan la cantidad de 42.666, la cual, multiplicada por dos, para obtener el resultado que arroja las dos terceras partes, dan un total de 85.333
En apariencia, si MORENA y sus rémoras solo cuentan con 85 de los Senadores, le resultaría un faltante de .333 para completar las dos terceras partes, en caso de asistir a la sesión todos los senadores.
Pero en honor a la verdad, el cómputo no es tan sencillo como una operación matemática, pues el mismo debe realizarse sobre las dos terceras partes de los senadores presentes que, por tratarse de personas, obviamente no pueden dividirse en fracciones.
El presidente del Senado de la República, el morenista Gerardo Fernández Noroña, ha dicho que con 85 senadores a favor de la reforma, obtendrán la mayoría calificada porque aun y cuando matemáticamente les falta .333 puntos porcentuales para completar las dos terceras partes, debe realizarse un redondeo y considerarse que 85 son suficientes, pues ha indicado:
“…Hay elementos jurídicos que así se han hecho, ahora sí que como en la escuela, cuando era de punto cuatro hacia abajo era el número inmediato anterior, de punto seis hacia arriba el número inmediato superior. No hay punto tres de senador y desde mi punto de vista, en sentido estricto, con 85 senadores sería suficiente…”
El tema no es tan sencillo como lo plantea el mencionado senador, quien se refiere en primer lugar a un sistema de redondeo, en el que dice de .4 hacia abajo se debe atender al número anterior y de .6 hacia arriba, al número superior.
Se considera que el cómputo de los votos para determinar si se obtiene la mayoría, no puede ser de esa manera por lo siguiente:
Si el sistema de redondeo en esos términos, fuera admisible, entonces como la cifra de 85.333 equivale a las dos terceras partes de 128, la misma debiera bajar a la de solo 85 senadores para obtener la mayoría calificada.
Sin embargo, para calcular la tercera parte faltante, de 128, debe dividirse esta cantidad entre tres, obteniéndose la cifra de 42.666, que conforme al sistema de redondeo en cuestión, aumentaría a 43.
Aparentemente entonces, si MORENA y sus rémoras tienen 85 votos de igual número de senadores, con ese sistema de cómputo ellos obtendrían las dos terceras partes y la oposición con sus 43 votos, en caso de obtenerlos, tendría solo una tercera parte.
El problema es que el sistema de redondeo en esos términos, se torna evidentemente injusto y desproporcionado, pues el mismo permitiría que a Morena se le perdone no obtener el .333 de los votos, en perjuicio de la oposición, para considerarse que obtuvo las dos terceras partes, mientras que, a esta última, también se le arroja la carga de tener que completar esos puntos decimales para lograr un voto más de una tercera parte.
Es decir, no obstante que la oposición obtendría 43 votos que significan más de la tercera parte porque esta es de 42.666, se le computaría solo como la tercera parte; y a Morena, se le computarían las dos terceras partes, no obstante que objetivamente a esta última le faltaron .333 decimales para completarla, resultando entonces que, como corolario de tal operación, la oposición perdería puntos injustamente, tanto en el redondeo que se realiza a MORENA al quitarle la carga de obtener .333 decimales, como al dejar de considerarse que la oposición obtendría .666 decimales más de lo requerido para completar la otra tercera parte.
De esa manera, mientras MORENA tendría menos de las dos terceras partes, la oposición tendría más de una tercera parte. Por eso, el sistema de redondeo, es absolutamente injusto y desproporcionado.
En diverso sentido, si se toma en cuenta que al ser los votos de los senadores la expresión de la voluntad de personas que por su obviedad no pueden fraccionarse o dividirse, entonces se tendría que considerar que las dos terceras partes de 128, son 85.333, pero como los votos de MORENA y sus aliados, sumados serían solo 85, entonces la conclusión es que no equivalen a las dos terceras partes, porque al no poderse expresar una fracción de .333 de un voto, por una parte o fracción de una persona, entonces se tendría que darse un voto más, o sea 86 en vez de 85. Mientras que la oposición con 43 votos obtendría objetivamente más de una tercera parte, que es equivalente a solo 42.666, es decir, con 43 votos tendría adicionalmente .333 puntos más de lo necesario para contar con una tercera parte.
Por eso, lo justo y equitativo es que, con 43 votos, se pueda frenar la reforma, pues MORENA y sus aliados no alcanzarían las dos terceras partes que en votos son 86, mientras que la oposición con 43 votos obtendría un .333 más de lo necesario para alcanzar una tercera parte.
Ojalá y nadie se raje ni se doble y los senadores de la oposición puedan frenar la reforma judicial, pues esa es la esperanza para que subsista la República, no obstante que insistentemente se ha filtrado en medios el rumor de que ronda en el ambiente el fantasma de la traición y la extorsión, para obligar a votar a miembros de la oposición, en favor de la misma.
¡Así es cuanto!