Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La idiosincrasia de un pueblo conservador como el nuestro, lineal y maniqueo, se manipula con la utopía de un mesías que ofrece zona de confort y se acepta un sistema de vida libre de los riesgos y de la ansiedad que provocan la libertad y la necesidad de hacerse cargo.
Este sistema de extremos ya cobró en el Siglo XX 150 millones de vidas y fracasó; pero está de regreso en el mundo y en más países de los que tenemos en mente, entre ellos México, Colombia, Chile, Bolivia, Brasil, Turquía y muchos más que se aprovechan de la decadencia de la democracia.
Afortunadamente es cíclico y ha pasado cada determinado tiempo. Así que no hay de otra más que esperar a que los jóvenes de hoy cambien todo mañana.
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