Marcos Barraza Urquidi.- Como muchos en México mis maestros de prepa eran marxistas disfrazados de demócratas y elogiaban la Revolución Rusa, decían, entre muchas tres grandes mentiras, que era inevitable, que era un triunfo de los obreros y campesinos y que Stalin era la excepción.
Para poder entender la llamada Revolución Rusa, que no fue otra cosa que un golpe de estado de los Bolcheviques, es importante ver la situación política de los protagonistas.
Todos los líderes de la revolución eran judíos, luego veamos cómo estaban los judíos que vivían en Rusia, que por cierto vivían ahí desde principios de esta era.
La práctica del judaísmo no era exclusiva de una raza, los vemos güeros, negros, morenos, rojos, lo de la raza judía es una reivindicación del siglo pasado; sin embargo, se mantenían al margen del resto de la población y casi siempre se casaban con personas de su misma religión.
La vida en Rusia y en muchas partes del mundo no eran las mejores, en 1684 los cosacos se lanzaron contra ellos teniendo sangrientos choques que llevaron a prohibir las comunidades judías, en general la población era hostil a estas comunidades, pero las grandes riquezas inexploradas de Rusia atraían poderosamente a los judíos occidentales a hacer fortuna en aquellas tierras a tal grado que la emperatriz Elisabetha Petrovna en 1743 prohibió la emigración judía a Rusia, aunque 50 años después al anexarse parte de Polonia, millares de judíos se convirtieron en rusos.
El Zar Alejandro I (1801-1825) trató muy bien a los judíos sin lograr que la población los aceptara, aunque su sucesor Nicolás I (1825-1855) se molestó por la negativa a fusionarse con la sociedad rusa y les redujo sus libertades civiles y les obligó al servicio militar como cualquier ruso.
Con Alejandro II (1855) se restablecen las libertades civiles y se ven casos de éxito en el comercio, la literatura y el periodismo. Por ese entonces los judíos Marx y Engels habían lanzado el Manifiesto Comunista en 1848 y esto alentaba los movimientos revolucionarios en Rusia que se organizaban en secreto.
En 1880 los judíos Leo Deutsch, P. Axelrod y Vera Zasuchil, ninguno relacionado con el campo o los obreros, pero con un resentimiento ancestral contra los zares por el trato discriminatorio que habían recibido los de su iglesia, forman la primera organización comunista.
Un año después, es asesinado el zar que les había regresado sus derechos, la conspiración del asesinato fue hecha por el judío Vera Fignez, esto hizo que Alejandro III expulsara a los judíos de San Petersburgo, Moscú y otras ciudades, donde operaban organizaciones comunistas.
Esto unió más a las comunidades judías que ya habían sufrido en la historia y en varios países la misma historia y su movimiento tomó fuerza al unirse con militantes del extranjero, de donde recibían apoyo económico e ideológico.
Muchos exiliados se fueron a Nueva York, donde amasaron grandes fortunas y les enviaban recursos como Jacobo Schiff, Felix Alder y muchos más. Es interesante ver que más del 10% de la población rusa era judía y prácticamente ninguno vivía en el campo, salvo algún hotelero o comerciante.
Las condiciones se volvieron más graves cuando el judío Alejandro Ilitch Ulianov trató de asesinar a Alejandro III, fue colgado con sus 4 cómplices. Era Alejandro hermano de Vladimir Ilitch Ulianov, mejor conocido como Lenin, quien por cierto era compañero de banca en la escuela del también judío Kerenesky, el principal líder de la revolución de febrero. Lenin mantuvo en secreto sus actividades y se mostraba como un niño bueno.
Estaba flotando en el medio la ideología de Marx, pero también los discursos del rabino Caleb que en Praga había dicho: “Tenemos que someter al proletariado a quienes manejan el dinero, por eso tenemos que levantar a las masas, empujarlas a las revoluciones, cada catástrofe será un gran paso a nuestras finalidades”; algo así como “la crisis nos cae como anillo al dedo”.
En 1894 muere Alejandro III y sube Nicolás II, quien actúa de forma moderada con los judíos, aunque el antisemitismo estaba muy fuerte entre los rusos y de nuevo, darles buen trato era sinónimo de darle fuerza a los movimientos revolucionarios judíos.
Era una ideología entre nihilista y marxista, donde el odio y la envidia eran la fuerza principal. En 1897 en Suiza se forma la Organización Sionista y simultáneamente la organización Bund socialista y secreta que publicaba su propaganda ideológica en yidish, además nacieron los partidos sionistas socialistas, los Polae Sión y Lo sionistas socialistas.
Por esas fechas aparece un furioso defensor del marxismo judío llamado Leon Davidovich Bronstein que usaba el nombre de Leon Trosky, casado con la hija de un poderoso financiero judío de Nueva York, los que lo conocieron decían que era peor que Iósif Stalin.
Pronto surge una división. El considerar que los judíos son uno solo, es una falsa lectura, la diferencia da como resultado los bolcheviques y mencheviques (Programa máximo y mínimo). En 1904 el régimen se suaviza con los judíos y de nuevo endurecen su lucha y organizan motines más grandes que la vez anterior.
En 1911 los judíos encabezados por Jacobo Schiff le piden a Taff que sancione económicamente a Rusia por el trato que da a los judíos, a lo cual se negó, pero se accionó el movimiento el Comité Judío Americano y a través de los medios que ya controlaban muchos desde entonces, obligan a Taff a tomar medidas contra Rusia.
Estando muy debilitado el Imperio Ruso se le ocurre apoyar en la guerra a Serbia en contra del Imperio Austro Húngaro, esto le cayó a los comunistas “como anillo al dedo” ya que le decían a los obreros y soldados que “no tenían patria que defender”. ¿Se acuerda del movimiento de “Obrero Mundial”? Fue muy popular en México, hasta calle tienen en la Ciudad de México. Ahí se funda el Partido Socialista Obrero.
En ese entonces Lenin se encontraba desterrado en Suiza y desde ahí hacía arengas incendiarias en contra de la burguesía y establecía que una vez ganada la Revolución solo con el terror se habría de implantar una nueva sociedad (1905).
A través de su periódico “Social demócrata” arengaba a los revolucionarios rusos a que debían fomentar la derrota de Rusia, era tal la amistad con los alemanes que éstos le facilitaron un tren blindado y dinero para que entrara en secreto a San Petersburgo, donde Trotsky tenía el apoyo de más de 30,000 judíos, después llegaría Stalin.
Lenin en sus prédicas invitaba a que socializaran en trincheras con los alemanes, que sus enemigos eran los zares y que al triunfo de la Revolución tendrían tierras y el ánimo general era que terminara la guerra y fueran por sus tierras; les decía que el soldado podía discutir las órdenes con sus jefes, lo cual rompió toda disciplina. Por otro lado, inventaban historias terribles en contra de los zares como la supuesta relación de la zarina con Rasputín.
En 1917 triunfa la Revolución Rusa en febrero con el judío Krenesky y enfrenta varias contrarrevoluciones hasta que en octubre Lenin al mando de los bolcheviques genera la contrarrevolución y da inicio a una era de terror y el experimento más sangriento que haya conocido la historia y los principales jefes eran judíos exterminan a sus opositores haciendo un holocausto en cada ciudad que no aceptaba el comunismo, sus principales opositores no fueron los mencheviques o los blancos, fueron los campesinos que se rehusaban a que se colectivizaran las tierras.
El terror impuesto por Lenin fue el mismo que usó Stalin y si en lugar de Stalin hubiera gobernado Trotsky hubiera sido peor, era la única forma de establecer un sistema contrario a la naturaleza humana,
Tampoco fue una revolución rusa, su naturaleza es una reivindicación judía y si investiga la religión de todos los ministros que le sucedieron, encontrará su origen judío previamente escondido como todas sus conspiraciones. Gran parte del dinero vino de los judíos de Estados Unidos que hasta la fecha han impuesto sus condiciones al gobierno y son aliados de todos los abusos que se han cometido en Medio Oriente.
De tal forma que, si le dicen que la revolución rusa era inevitable, que triunfaron los obreros y que era una lucha contra la burguesía, sonría por favor.
Si usted piensa que Estados Unidos no va a permitir un país comunista al sur de su frontera, permítame reír a carcajadas, no solo lo permitirá, sino que personajes del vecino país lo fomentan y apoyan. “Un tirano es lo mejor para ellos, porque controlando un hombre se controla un país”.