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La verdad incómoda, una infancia MX

Daniel Martínez.- ¡Hola amigos y amigas! Espero se encuentren de lo mejor y que estén teniendo un gran mes. En esta ocasión quiero compartirles un poco de una situación que me sucedió hace unos días grabando uno de los episodios del Podcast.

Precisamente hablábamos un poquito de la infancia y comencé a recordar palabras y hechos que, según yo, ya había trabajado en terapia, pero de pronto, al volver a tenerlos en mi mente, comenzaron a hacer estragos en mi cuerpo y en mis emociones.

Creo que esto se deriva del hecho de volver a abrir el capítulo de mi vida y revisarlo desde los zapatos de un treintañero, hombre, LGBT, profesionista y que se dedica a acompañar situaciones en la vida de otras personas, a brindarles herramientas para que puedan desenvolverse mejor en la vida.

Y de pronto… El no tener el control de lo que venía sucediendo me comenzó a desestabilizar y tuve que detener la grabación para tomar aire y volver a iniciar a grabar, desde un principio, como si no hubiera pasado nada, hecho que he venido pensando y creo que no está bien. Hay cosas que no debemos callar para proteger a alguien más.

¡Cuántas veces callamos nuestras heridas e incomodidades para no lastimar a familia, amistades, trabajo! Me di cuenta que detenerme fue una conducta aprendida, en la cual puse por delante prejuicios y no, no me enorgullezco de ello.

Sin embargo, tampoco me juzgo ni me recrimino, pues no es sencillo hablar de abusos entre niños, entre hombres y menos cuando es a través del juego, que yo pienso: ¿Qué hubiera sucedido si le hubiera sucedido a una niña y no a un niño?

¿Como sociedad hubiéramos callado? No responsabilizo a nadie. Sin embargo, es una situación que está ahí y que no resta sentimiento al hablarlo 15 años después. Aplaudo a quienes han tenido el valor de hablarlo, pues a veces esas personas nos representan.

Hoy, en este marco del Día del Niño, quiero recordarles que hay muchas personas que pasaron por cosas de las que no hablan, que espero que ahora que somos adultos abracemos más a nuestros niños y niñas, que los y las escuchemos, que dejemos que vivan y se diviertan, que jueguen, que cuidemos las palabras que les decimos.

No escribo esto con el afán de señalar o responsabilizar a alguien, solo espero que esta manera sutil de dar un mensaje ayude a empatizar con tantas situaciones que vivimos en la vida, pues cada vez siento más el que nadie sabe lo que hay detrás de los adultos con los que convivimos, de quien admiramos e incluso de quien amamos.

Gracias a Dios viví bajo las alas de una mujer que siempre curó mis heridas con amor, besitos, sonrisas y me enseñó que al mal tiempo buena cara y que nunca debía rendirme por nada en el mundo, que nací para cosas grandes y bueno, creo que eso es lo que estoy haciendo el día de hoy. ¡Gracias Mamá!

Les manda un abrazo con una gran sonrisa mi niño interior.

Y si tú requieres apoyo especializado, a mí me encuentras en IG como danielmartinez.mx… Y no dudes que tus límites están en donde tú quieras, en donde ubiques tu fronteramental…

¡Te veo la próxima semana aquí en JUÁREZ HOY!