Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- La tragedia de Acapulco es una más de las que la naturaleza ha causado con huracanes, ciclones, tsunamis, terremotos, volcanes en erupción, en varias partes del mundo. Así fue en Nueva Orleans (EU), Tokio (Japón), Indonesia, Chile, Hawái (EU), incluso en Monterrey y la Ciudad de México, en nuestro país.
La forma en que se atienden hace la diferencia en cualquier parte del mundo. La factura o el premio llegan después y creo que esta vez, la tragedia de Acapulco pasará factura, pero no será solo de la gente de Acapulco, sino de todo el país. Una tragedia mal atendida y objeto de burla se convierte en una tumba política.
Y creo que estamos a punto de redactar el epitafio de la 4T, porque al ofrecer reparar o reconstruir las casas y reponer los enseres domésticos creo que el presidente no sabe la envergadura del desastre ni tampoco de lo que habla.
Además, protesto contra el Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua por la forma como conducen la impartición de la justicia. Lenta, mal y con extrema indolencia. Para colmo, reeligen a los malos funcionarios.
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