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La soledad de la sociedad

Arturo Castro.- Es espectacular la vida política de hoy, es todo un show mediático que va de lo ingenuo a lo intelectual, lo importante es entender las formas para aceptar que cualquier individuo puede ser político en este tiempo.

La sociedad no lo entiende como un teatro, cree que es verdad y se apasiona por las nuevas propuestas políticas que son las mismas del ayer, que van desde un futuro mejor, el cambio y la nueva esperanza para continuar siendo igual.

Los noveles personajes en el ámbito político, sin importar su edad. Quieren lo que todos quieren, el poder tener poder para hacer lo que se quiere o lo que se les manda, la política no es huérfana, tiene fuertes intereses que aún no asimilan aquellos que han levantado la mano por un puesto de elección popular plenos de inocencia.

Una inocencia que los lleva a participar en una amarga experiencia porque no conocen la ubicación real de sus aspiraciones, los partidos políticos quieren votos sin importar ideologías, desean llenar los espacios electorales con tirios y troyanos.

Ver los nombres que se ven en los aspirantes, es una pena ajena, desde luego no son todos y hay los que piensan que pueden ganar y aquellos que rellenan la boleta electoral con su nombre para contárselo a sus nietos.

La sociedad en su colectividad tiene una gran soledad en sus individuos a quienes les asalta la intención de querer ayudar en una intención que tiene a don dinero como primer referencia, una candidatura cuesta y si no se invierte, bienvenidos los votos que lleguen como lleguen.

La sociedad tiene una gran soledad porque está abandonada por las instituciones oficiales, porque no se le informa que es tiempo electoral y existen múltiples frentes abiertos de obra pública para que se crea que se trabaja al cien por ciento todo el periodo gubernamental.

La soledad refleja el abandono de una vida plena, llena de bienestar, con mentiras y desaciertos, no deja de sorprenderse del escenario plagado de ocurrencias, como se anhela aquella política de conciencia ideológica, de educación cívica social, de pertenencia partidista, de aspiraciones e inspiraciones por que todo sea mejor.

La transparencia que dejan los actores políticos a pesar de ello es buena, la migración partidista es cosa del nuevo modelo político en México, parece convenenciero pero es un terreno de oportunidades para ser lo que se desea ser.

Pensemos en la era digital, en que la política es un campo fértil para producir manzanas a un lado de la nuez, que el PAN y el PRI se junten, nunca lo creí, pero se ve ante una sociedad que emite juicios de valor, creyéndole a un pariente de ambos llamado MORENA, como lo mejor de lo mejor.

Vamos a ver quien descubre un nuevo continente como Cristóbal Colon, aunque existen quienes lo pueden encontrar frente a sus ojos sin navegar para transformar este país una vez más y con ello mintiendo por el solo hecho de mentir.

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