Un hombre sabio debería darse cuenta de que la salud es su posesión más valiosa. Hipócrates, médico griego
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Se demostró que los López también lloran, máxime cuando estas lágrimas negras se derraman porque se ningunea, se ofende o se ataca a la familia y seguros estamos que no solo don Andrés Manuel ha llorado por su hijo, sino también don Rafael Loret por el suyo.
Por su salud, ya que la salud es primero, el Jefe de la Nación debe serenarse, tranquilizarse, no se puede crear un instituto para devolverse su sonrisa y aun con los errores que cometa desde la Presidencia, es necesaria su presencia al frente del Ejecutivo federal porque así lo decidieron millones de mexicanos, pues esto provocaría menos daños al país.
Los mexicanos, todos, necesitan a un presidente sano física y mentalmente y que serene su discurso, reenfoque objetivos y tome acciones en lo que realmente le interesa a la sociedad, para la cual gobierna.
El pueblo bueno y sabio, incluidos también todo tipo de adversarios, necesitan que el Viejo, como presidente, asuma la crítica desde el poder como él la ejerció cuando era oposición, que no se le olvide; que respete el Estado de Derecho y defienda las instituciones, así las haya mandado, en su momento y combata a la delincuencia organizada con efectividad y no solo con abrazos y no balazos y ya no califique a sus conciudadanos de aspiracionistas, racistas, conservadores y mucho menos, por no estar de acuerdo con su gobierno, de traidores a la patria.
Esperemos que el c. presidente de los Estados Unidos Mexicanos conserve su salud, siga gobernando según su leal saber y entender y se olvide de los pleitos de vecindad y de no declararle, por el amor de Dios, la guerra de las Tlayudas a la “mare” patria ¡joder! Vale.
