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La salud del presidente

Dr. Fernando Antonio Herrera Martínez.- México, en la historia, con sus presidentes, se ha comportado como candil de la calle y oscuridad de su casa. Todos los que acceden al poder caen en la trampa de creerse únicos e irrepetibles, con lo que hacen durante su mandato, incluso tratan de que el sucesor los siga obedeciendo, como lo hizo Elías Calles. Incluso, creen que el país es suyo por seis años, así que no temen engañar, mentir ni robar pues lo consideran suyo.

Todos le ocultan al pueblo la información. No es nada nuevo, incluso, con el tiempo, todo se sabe, nada es para siempre, ni los secretos, salvo cuando una sola persona lo sabe. Así se supo la verdad del 68, la del 71, lo de Tlatlaya o hasta lo de Ayotzinapa, que se resiste, pero de que se sabrá todo, ni duda tengo.

La libertad de prensa es un mito, siempre hay peligro para el que dice la verdad que molesta a los hombres del poder. Por ejemplo, Julian Assange publicó documentos del gobierno de Estados Unidos. Desde entonces vive un infierno. Entiendo que el presidente le ofrezca asilo político al dueño de WikiLeaks.

AMLO hace bien en querer ayudarlo y lo hace público. Por ejemplo, invitó a la familia de Assange a las fiestas patrias de independencia. Es de las pocas acciones en que coincidimos, pero, al mismo tiempo, resulta intolerable, que mientras defiende a Assange, aquí él mismo ataque a Loret, a Brozo y a otros que no coinciden con sus formas y los exhibe en cadena nacional, los acusa y señala, por dar a conocer información que le molesta, como la nueva riqueza de sus hijos, sus familiares, amigos y colaboradores.

La muerte de periodistas en nuestro país es alarma en todo el mundo y no tenemos el derecho de pedir justicia en casa ajena. En este tema de fuga o robo de información, que puso en evidencia a Estados Unidos, ahora aparece en México algo parecido.

Hace unas semanas, robaron por vía digital, información que es clasificada en varios países, entre ellos México. Es el caso de la Defensa Nacional que fue objeto de hackeo casi en la totalidad de sus archivos. Esos archivos ahora circulan por todos lados y destapan serias diferencias entre los Secretarios de Marina y Defensa, que se disputan el poder.

Que los militares están en todo; en todas las actividades del país. Y en dinero, la Defensa es la más favorecida de todo el gabinete; cuenta con el mayor presupuesto de la historia. Nos queda claro, por los hechos, que Luis Cresencio Sandoval, el General de División, es el hombre más poderoso de México. Pero eso se sabía o se da por cierto.

Sin embargo, entre los documentos robados están los que tienen que ver con la salud del presidente, la cual es de interés de todos y no debería ser un secreto. En esos papeles se revela que padece Angina inestable grave, gota e hipertiroidismo. Hay documentos clasificados que detallan emergencias médicas en las que han tenido que ir de urgencia en ambulancias aéreas por el presidente y traerlo al Hospital Central Militar.

No tengo idea de qué tan grave puedan ser esas enfermedades, pero sí sé que la Angina de Pecho lastima pulmones y es propensa a provocar infartos; recordemos que Benito Juárez murió de Angina de Pecho. La gota es tratada por terapia, no sé cómo, pero no se medica por decisión de AMLO. Las otras sí requieren de cuidados, la primera es, como se dijo, grave e inestable y la segunda supongo que se controla.

El país debe tener esta información, porque es indispensable y no debe ocultarse a nadie. Nos preocupa y tenemos el derecho a saberlo. ¿Malas noticias? No, puede ser que no, pero sí confirman que el presidente debe cuidarse y obedecer a los médicos para evitar las crisis que detallan los documentos que confirman sus padecimientos. Podré no estar en la misma sintonía política que él, pero me siento preocupado porque se oculta esa información.

El Congreso debe saber su estado de salud para prevenir y evitar desorden y caos, en su caso y tomar las decisiones de Estado que correspondan. Su gabinete debe estar informado, que no tiene que ver con que alguien desee su muerte, sino ser responsables con el país. Se trata de evitar que haya desorden social y caos, por creer cualquier cosa, lo cual cambia al saber que está enfermo.

No se vale esconder la salud del presidente, estemos o no de acuerdo con él, todos debemos saber la verdad en ese y en muchos otros temas. La vida pública debe ser pública; es literal, es un derecho de todos los mexicanos saber lo que pasa en el país y, por supuesto, conocer de la salud del presidente.