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La presidenta ha regresado a México a ser parte trascendental del concierto político y económico mundial

Brighite Granados (presidenta estatal de Morena).- Durante este año 2024 el escenario político internacional ha sido caótico. La guerra continua entre Ucrania y Rusia y los conflictos en Medio Oriente se recrudecen. A la par, la ultraderecha sigue avanzando en algunos países y las naciones de la OTAN continúan atizando los enfrentamientos.

Si lo anterior no fuese suficiente, cerramos el año con la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos. Fiel a su costumbre, el político y empresario norteamericano ha realizado amenazas a sus principales socios comerciales, es decir, a canadienses y mexicanos, recordándonos la frase usada en su libro, El arte del trato “Si mi adversario es débil, lo aplasto, y si es fuerte, negocio” (D. Trump, 2015).

En medio de esta crisis diplomática mundial, las posiciones de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo emergen como un faro de luz y esperanza. Dando continuidad a la histórica Doctrina Estrada, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos ha destacado en el panorama político internacional por sus posiciones llenas de humanismo y dignidad; dando sin duda continuidad en aquel proyecto que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador inició, no solamente para nuestro país, sino que es un ejemplo mundial de la visión que todos deberíamos compartir para hacer de este mundo algo más justo para todas y todos.

En primer lugar, en el marco de la cumbre del grupo de las 20 economías más importantes del mundo, el Estado mexicano, en voz de su presidenta, destacó la importancia de la cultura de la paz, del bienestar social y la protección irrestricta de los derechos todas las personas. Lejos los discursos beligerantes, ella de una manera muy clara le dijo al mundo sobre la importancia del entendimiento y respeto entre las naciones, haciendo particular énfasis en preservar la democracia, la libertad y la justicia. 

Con el mismo aplomo y dignidad ha sabido responder a las amenazas realizadas por Donald Trump. El presidente electo de los Estados Unidos intentó amedrentar al pueblo mexicano con una imposición del 25% de aranceles a las exportaciones salientes de México. Sin embargo, la respuesta de la presidenta ha sido firme. Con la claridad que le caracteriza, nuestra presidenta ha dicho que ante un arancel norteamericano vendrá otro mexicano, dando sin duda alguna cátedra de diplomacia, le recordó al presidente Trump los beneficios que la integración regional ha traído el tratado de libre comercio. Asimismo, ha hecho ver que nuestra nación no es partidaria de una guerra comercial, pero bajo la independencia y soberanía nacional no tendríamos temor a realizar las medidas necesarias para garantizar la solidez económica de nuestro país.

Las palabras de Claudia Sheinbaum son respaldadas por una mayoría popular indudable. Es ella quien ha logrado la mayor votación en la historia de nuestro país. La primera mujer presidenta de nuestra nación. Es la doctora quien no llegó sola, porque todas en este país nos sentimos representas con su liderazgo y visión nacional.

El tiempo de mujeres llegó para quedarse. Lo anterior ha quedado demostrado que no solo es un eslogan político, en solo un par de meses de administración la presidenta ha regresado a México a ser parte trascendental del concierto político y económico mundial.

Con la defensa de los derechos de las personas que menos tienen. Con el diseño de políticas públicas que eliminan las brechas de desigualdad. Con disciplina fiscal y financiera. Con valor y amor por México es que se presentan las primeras semanas de gobierno del segundo piso de la cuarta transformación.

En materia de política internacional, el toque femenino de Claudia Sheinbaum vino a refrescar un escenario convulso. Con propuesta que implican la reforma al consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas; priorizar el combate al calentamiento global; así como un reparto equitativo de la riqueza internacional, México se posiciona a la vanguardia de los países humanistas.

Debemos reconocer el liderazgo mostrado por la doctora Sheinbaum, lejos, muy lejos han quedado ejemplos como Vicente Fox, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto, quienes demostraron falta de dignidad al tener una política exterior sumisa y entreguista.

Por el contrario, la cuarta transformación se muestra como una propuesta sólida de gobierno que respeta la autonomía de las naciones, pero abandera una lucha por un mundo sin discriminación, inclusivo, democrático, respetuoso del medio ambiente, humanista, feminista, pero sobre todo, un mundo donde quepan muchos mundos.

No podrá existir la paz sin la justicia social. En nuestro país nos enfocamos en reconstruir el tejido social, ha sido complicado después de la larga noche neoliberal, pero con pasos firmes lo vamos logrando. En el plano internacional estamos dando la muestra de que se pueden hacer las cosas de forma diferente, así lo ha manifestado una mujer, enhorabuena por la política exterior mexicana de la presidenta de México.