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La nueva actitud política

Dr. Arturo Castro.- La opinión general de lo que sucede en el entorno mundial es de una percepción de grandes cambios, los factores que se presentan configuran un estilo de vida totalmente diferente al que se vivió alguna vez en su historia, cada época tiene lo suyo. Hoy es de una confusión extrema.

Indudablemente estamos en una época de cambios políticos en todos los ámbitos, quienes practican aquello de la “cosa pública” han observado comportamientos no muy claros, dados sus intereses creados. El análisis público es de desaprobación y de cuestionamiento a las acciones realizadas.

La explicación sobre la nueva actitud política es la modernización continua de la forma de vida. Carlos Monsiváis describe en su texto del rancho al internet cómo se va terminando ese México de artesanos para ingresar a la robótica que incluye urnas electrónicas para votar.

La ciencia y la tecnología a través de la computación y de la telefonía celular han cambiado fuertemente la credibilidad política de los políticos, hasta el año 2000 todo era felicidad, fiesta electoral cada tres años. El desarrollo de la comunicación transformó la vida pública y privada de la sociedad.

La actitud social entonces cambió al conocer más a fondo las prácticas políticas de carácter negativo, antes el papel quemado borraba las evidencias y desaparecía la historia de una gestión gubernamental, hoy la evidencia queda grabada y se hace pública en las redes sociales.

Un gran país y un gran chisme, los políticos, ciertos políticos, han mostrado la corrupción y la ineptitud para desempeñar los cargos que emanan del voto popular, entonces la actitud ciudadana los desacredita y tacha a todos por igual.

La corrupción es algo muy humano, dijo equivocadamente el expresidente Enrique Peña Nieto, fue una cultura de la política mexicana y lo sigue siendo, véase la cantidad de compras sin licitación del actual gobierno federal, la ley lo permite y no se cambia por la conveniencia de siempre.

El desgano y la ineptitud para gobernar es otro síntoma de la corrupción, Chihuahua ha sido el caso en los últimos años, se gobierna bajo el estigma del pasado sin crear políticas públicas que resuelvan lo que se hizo mal en gobiernos anteriores.

La sociedad se cansa de reclamar ante la nada, la ilusión nacional igual persiste, he mencionado que la pobreza es un lastre que legó la conquista de México, los Aztecas eran una nación desalmada con un gobierno cubierto de sangre enemiga y de culturas sometidas.

La sangre Azteca también corría en las ofrendas a los dioses, la actitud era de dominación, por ello la sumisión ante los españoles no tiene explicación. Las actitudes políticas en todos los tiempos tienen un carácter distintivo que se registra convenientemente.

La actitud política es el comportamiento social, se manifiesta en la opinión publica del quehacer gubernamental, actualmente la desilusión es eminentemente superior al desengaño. La política es y será siempre igual, diría Don Teófilo Borunda.

Las actitudes políticas dan oportunidad a una nueva presencia política, una personalidad distinta, con diferentes tipos de formación que modifican esas actitudes, por ello la influencia pública que se tiene propician la regla y sus propias excepciones.

La reciprocidad acerca de las perspectivas del gobierno y de la sociedad son distintas, los políticos hacen lo que creen es mejor y la sociedad demanda lo que saben que es mejor, lo que necesitan y les conviene. La actitud nace del interés sobre lo que se desea como producto final.

La gobernanza es la solución, ésta requiere de eficacia en el desarrollo de las políticas públicas, de la multiplicación de ejemplos de buenas acciones, de la experiencia y de la relación de fuerzas entre los actores políticos y la sociedad civil.

Descubrir un nuevo horizonte sin engaños, sin falsas promesas, como aquella cuarta transformación que presenta los mismos rasgos de promesas anteriores. No puede haber gobierno rico con pueblo pobre, dice el presidente López Obrador. Está empeñado en igualar la condición y promover un gobierno pobre en acciones y resultados.

México está en un abismo que quiere llegar a la cumbre, con condiciones que ofrecen los resultados de siempre, con un gobierno unipersonal que dejará la huella de un sexenio alterado por rivalidades personales e institucionales.

La justicia parece venganza, porque es selectiva, el gobierno de hoy está lleno de políticos de siempre, que su quehacer público les cambió la vida media por una vida rica. El segundo piso del Distrito Federal y la mochada nunca serán tema en una mañanera.