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La mentira de cada día

Daniel Valles.- La mentira es una forma de corrupción. Quien miente es una persona corrupta, a pesar de que jamás haya realizado una actividad como la que le describo o algunas otras. Como navegar en la red en horas de trabajo o enviar mensajes por FB o MSM.

La gente en general no considera tales conductas como corrupción. Es la forma como se hacen las cosas. Es la cultura. No debe o puede ser considerada como un acto o hecho corrupto. Sin embargo, lo son y tienen un costo que todos pagamos.

Bueno, hay gente que miente y que no considera que la mentira sea un acto de corrupción, pero lo es. Quien miente, por lo que sea, no es fidedigno, no es honesto, no es persona íntegra, no es digno de confianza.

En sus actividades cotidianas, las personas tienden a decir, en promedio, diez mentiras al día comenzando con la típica respuesta que otorgan de “bien”, cuando se les pregunta cómo están, señaló la especialista de la UANL, Claudia Castro Campos.

La doctora en Psicología, quien por su estudio recibió en 2013 el Premio de Investigación UANL en la categoría de Humanidades, resaltó que cuando las personas mienten realizan un mayor esfuerzo que cuando dicen la verdad. Se puede entonces concluir que la persona que miente, aparte de ser mentirosa y corrupta, es una persona muy esforzada. Pero bien.

El día martes pasado, se ha dado a conocer en Chihuahua capital un hecho por demás corrupto, lo grave es que se trata de una persona que se ha dicho se dedicaría a combatir la corrupción desde su posición alta en el gobierno. NO se apresuren. No se trata de YSQ.

Los medios escritos de la capital del estado y algunos locales, reproducen las declaraciones del secretario de Educación, Javier González Mocken, quien dijo que “durante el gobierno de Javier Corral, se almacenaron cientos de bancas escolares y 5 mil pares de tenis porque tenían el logotipo de Chihuahua Vive”.

Y eso no fue todo. El secretario informó que encontraron almacenados 600 calentones que no se entregaron a las escuelas que los requerían. Pasaron los alumnos cinco inviernos bajo las inclemencias del clima extremoso que tenemos en el estado sin necesidad. Los aparatos calefactores no llegaron a las escuelas, a los alumnos, porque tenían el sello grabado del gobierno de César Duarte.

Ese fue el criterio del gobierno de Javier Corral y sus funcionarios, que debieron haber mentido el mismo tiempo para sostener que no tenían presupuesto para comparar mobiliario, calentones y los tenis que la anterior administración habría ofrecido.

Mentir es un acto de corrupción y en este hecho, casi criminal, diría mi santa madre ya fallecida. ¿Qué va hacer el secretario? Por sus declaraciones a los medios y conociendo bien a Javier González Mocken, los va a entregar. “Con todo y logo, no importa el logo, lo que importa es el equipamiento […] hay uniformes, hay tenis, muchos tenis; 5 mil pares de tenis”, dijo.

Seguro que cinco mil niños de Chihuahua van a estrenar tenis. Mientras tanto, se puede ir preparando la acción de responsabilidad para quienes de manera corrupta escamotearon el recurso con base en criterios políticos.

Mientras tanto, nos damos cuenta de la corrupción alevosa, mentirosa de la pasada administración que no le importó el bienestar de la gente a la que prometieron servir y a la que le mintieron sin pena y sin conciencia alguna.

El problema pues de quien miente una vez y es sorprendido en ello, es que no se le vuelve a creer la siguiente ocasión en que habla y asevera algo. Ya no es digno de confianza.

Y es que, para poder confiar en alguien, la persona no solamente debe ser sincera, sino estar en lo correcto. Y en este caso, Javier Corral solo fue lo primero en relación a sus filias y fobias, pero no estuvo correcto en sus hechos.

(*) Daniel Valles es el Comisionado Internacional Anticorrupción de la OMPP