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La Hoguera

La justicia selectiva, nunca será proactiva… La justicia puede ser ciega, sorda y tolerablemente lenta, más nunca será justicia si es selectiva. En nuestro país es muy común el dejar correr el tiempo y en caso de que por algún motivo alguien insista en exigir justicia, tratar de satisfacer las inquietudes de quien se manifiesta con el sacrifico de un chivo expiatorio, quizás culpable o semi culpable del acto que se juzga, pero ciertamente escogido para acallar las críticas y las exigencias dirigidas a quien cometió la falta. 

Es lo que en el argot ranchero se llama taparle el ojo al macho. Ejemplos de estas acusaciones hay muchos. 

En los límites de la frontera entre Chihuahua y Sonora, se asesinó arteramente a madres de familia y a sus hijos en una infame masacre que no se puede justificar por ningún motivo, un suceso que avergüenza a quienes dirigieron su odio y su frustración en contra de mujeres indefensas y niños. 

Nuestros héroes de la justicia de Chihuahua y de Sonora, son muy buenos para encontrar chivos expiatorios y ya tenían arrestados a los “culpables” en menos de 48 horas, la comunidad de los Lebarones ya podía descansar con la seguridad de que la justicia sería ejercida. 

Hoy en día, tres años después, las procuradurías de justicia de ambos estados, las anteriores y las de los actuales gobiernos, están fallando y siguen siendo omisos en la impartición de la justicia, pues la comunidad LeBarón declaró que nunca han sido aprehendidos o juzgados los verdaderos autores materiales del salvaje crimen, mucho menos  los autores intelectuales, de quienes se sospecha están muy ligados al entonces gobernador de Chihuahua Javier Corral.  

Un ejemplo más reciente en donde extrañamente la omisión de justicia está ligada a Corral, es la del “Chueco”. Y lo decimos porque hace más de cinco años se emitió una orden de aprehensión por la muerte de un académico norteamericano y es obvio que hay un gran compromiso de las autoridades con el “Chueco” pues hasta la fecha nunca se hizo efectiva la citada orden de aprehensión. Y vaya que hay un fuerte compromiso con este personaje pues tiene el poder para quitar y poner presidentes municipales, inspectores de policías, agentes de seguridad y vaya usted a saber qué tantos empleados gubernamentales más en los poblados en donde tiene asentados sus reales. 

Es quien vende y distribuye las cervezas de los pueblos y decide de qué hora a qué hora se puede vender la cerveza además de patrocinar equipos de baseball en la región, a los que acude acompañado de sus cómplices y amigos. Aún así, los encargados de la justicia del exgobernador Corral nunca lo encontraban para arrestarlo, si acaso para recoger su mesada. 

El actual gobierno anda por las mismas, ya han arrestado a más de 30 gentes conectados todos con el buscadísimo asesino, quien cada año añade nombres a su lista de víctimas. Según sus propios informes, ya han arrestado a 4 de sus brazos derechos (quién sabe cuántos brazos derechos pueda tener el “Chueco”) pero a él nadie lo “encuentra” aunque en apariencia sus negocios siguen trabajando. Portillo la está errando, si escribiera un libro de sus andanzas, encuerando a quienes les ha comprado su protección, sería un best seller en el país. Pero esos son apenas ejemplos de cómo se utilizan los chivos expiatorios. 

El buen ejemplo se acaba de dar apenas esta semana, si ustedes me lo permiten con muchísimo gusto se los relato y sí, esta novela inicia también con el inútil gobierno de Javier Corral y se extiende a manchar el actual al menos en cuanto a justicia expedita se refiere. 

Verán, Corral contrató a su amigote del alma Jesús Antonio Pinedo Cornejo como el Director de Comunicación Social de Gobierno del Estado y este ni tarde ni perezoso contrató a una persona vinculada en sus lazos sentimentales con él, no obstante que la hoy detenida Araly Cristina tiene parentesco con la persona que tenía en ese entonces romance con Pinedo (eso de la higiene administrativa nuca fue el fuerte de Antonio) y aunque no tenía la menor experiencia en medios de comunicación la elevó al rango de Coordinadora Administrativa de Comunicación Social de gobierno del estado. 

Así las cosas Héctor Acosta, titular de la Auditoría Superior del Estado, descubre irregularidades cometidas en la asignación de contratos de Comunicación Social realizadas a través de Araly y envía su reporte a Gema Chávez, entonces Fiscal Anticorrupción del Gobierno Corralista, quien no emite orden de aprehensión para Pinedo y cómplices, simplemente le da el consabido carpetazo al asunto. 

De haber investigado hubiera encontrado irregularidades entre Pinedo y el mismísimo Corral que se gastaron supuestamente 800 millones de pesos en unos periódicos que se entregaban en las oficinas oficiales de Gobierno del Estado, mismos que aquí en ciudad Juárez se quedaban sin ser leídos por los ciudadanos, probablemente pagaron de más por sus publicaciones y editaron muchos menos de los que mencionaban, pero el negocio les redituaba, de eso no hay duda. 

De que eran socios y amigos se evidencia cuando en vez de despedir o arrestar a Pinedo, quien ya había sido evidenciado por la ASE, Corral lo sustituye en Comunicación Social y lo contrata de “consejero”. 

Si el Gobernador del Estado, el que juró cumplir y hacer cumplir la ley, premió a su cómplice con una consejería y suponemos que protegió a Pinedo para que no fuera molestado por la fiscalía, nos da a entender que el mismo gobernador está cometiendo varios delitos con esta decisión. 

Esta semana la actual fiscalía nos dio la agradable sorpresa que detuvieron a la ex coordinadora administrativa e iniciaron su presentación ante el juez y como el pecho de Araly no es bodega, rápidamente dio a conocer que ella solo seguía órdenes de Pinedo Cornejo; que tenía varias empresas registradas como proveedoras del estado y que en las licitaciones sólo participaban las empresas vinculadas con Pinedo, así que el favorecido era él.  

Quien presuma de conocer a Pinedo no puede dudar ni un segundo que lo declarado por la excoordinadora sea cierto, siempre se ha creído la última coca del desierto y más listo que el hambre, así que mientras más se comprueba la responsabilidad de irregularidades administrativas o peculado de Pinedo, más se hace evidente que hay que abrir inmediatamente expedientes en contra de Gema Chávez y de Javier Corral, pues es evidente que contribuyeron a que este siniestro personaje esté evadido de la justicia por la protección recibida. La fiscalía anticorrupción actual tiene que activarse antes de que se les escapen las liebres, bueno, si tienen la intención de impartir justicia.