Jorge Quintana.- El lugar común del presidente de la República es culpar a los regímenes pasados de la violencia, la corrupción y el de-sorden. También es el de calificar como aspiracionistas y conservadores a quienes no están de acuerdo con la forma en que conduce el país y por lo tanto la mañanera se ha convertido en un tribunal de hecho, que condena a los medios de comunicación, a los periodistas, a los abogados, a todos y todas que le critican los escasos resultados de su administración.
Por otra parte, se empeña en hacer de sus cercanos y de quienes designa en la función pública, prototipos de la lealtad y la honestidad.
Ser leal al presidente, no significa lealtad al pueblo; para él significa servilismo y adulación, sometimiento total a sus caprichos y convertirse en meros floreros de sus dependencias.
La honestidad no ha perdido su significado y la burocracia y el gabinete están llenos de personas deshonestas, mentirosas, carentes de conocimiento de la responsabilidad que les ha sido encomendada. El futuro es bastante triste para las y los mexicanos.
El más reciente nombramiento en la Secretaría de Educación Pública es una falta de respeto al magisterio y a la comunidad educativa nacional. Una profesora que dejó de ejercer desde 1994 su carrera y se incrustó en la burocracia por su amistad con AMLO, es evidente que lo que importa al mismo presidente no es la educación ni el magisterio, sino seguir fomentando el amiguismo y la incapacidad.
No es honesto quien acepta un cargo para el que no se tiene la formación ni la capacidad de ejercer, para el que los conocimientos que se poseen son obsoletos y escasos.
No es honesta la persona que sabe que es su amistad y no su capacidad la que le llevó a su encargo, triste papel desempeñará en esa comisión.
Pero más triste la realidad de la comunidad educativa de México, que sigue siendo ignorada, en un franco abandono. La educación, la política educativa en el país, no existe, solo se cumple con lo elemental y así, solo tendremos un resultado negativo.
En la educación, en la ciencia, en la cultura, Morena, la Cuarta Trasformación, son el fracaso de la prometida esperanza de México.
Se termina el tiempo de la administración federal, se desvanece la posibilidad de una mejor sociedad, de un futuro de prosperidad, solo prosperan los cercanos al poder, solo prosperan los serviles y los incapaces, solo prosperan los deshonestos. ¡Vaya ejemplo para las nuevas generaciones!
La deshonestidad también es corrupción, la lealtad servil solo evidencia pobreza intelectual e ignorancia.
