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La celebración de Navidad

Jorge Quintana.- Navidad viene de natividad y en estas fechas celebra la humanidad el nacimiento de Jesús, para ser exactos el 25 de diciembre. Y celebrar la Navidad no es solamente el hecho de darse regalos y reunirse a cenar con los seres queridos; tan riesgoso en esta época de pandemia y contagio de Covid.

Es Navidad abrazarse, ver a los demás como semejantes y por lo tanto amarlos como a nosotros mismos. Navidad es estar siempre dispuestos a mejorar, a ser honestos, a aceptar que no todo puede ser como quisiéramos y a ver el futuro con esperanza y agradecimiento de estar vivos y poder disfrutar cada mañana.

Navidad significa aprender de los demás todos los días y estar conscientes de que el ser humano es imperfecto, por lo que todos somos falibles y el acierto es comprenderlo para convivir en armonía. Navidad es nunca pretender imponer nuestra voluntad sin argumentos, solo por ser nuestra verdad.

Navidad es ser pacientes y darnos tiempo de reflexionar antes de discutir o enfrentarnos. Navidad es ser humildes, nuestra realidad siempre es diferente a la realidad de los otros, por eso somos diferentes, porque llevamos una vida distinta; cada ser, cada persona, cada quien tiene sus limitaciones y sus destrezas, sus cualidades y sus defectos, esa es la riqueza de la humanidad.

Navidad es vernos todos como seres humanos y, por lo tanto, tan importantes como nosotros, nadie es nuestro adversario, solo que cada quien tiene el derecho de disentir y no por esto somos enemigos. Navidad es recordar las enseñanzas de Jesús, que dio su vida para redimir a la humanidad de sus pecados.

Navidad significa comprender a los niños y las niñas, que ven en los adultos la esperanza de un mundo mejor, al menos eso esperan de nosotros. Navidad es estar bien con nosotros mismos antes de pretender que los demás estén bien con nosotros.

Navidad es dar lo mejor de nosotros mismos, para merecer que los otros den lo mejor por nosotros.

La humanidad entera está en un proceso de crisis de salud, de economía, de medio ambiente y sobre todo de crisis política, los liderazgos del mundo están en franca disputa del poder sobre sus conciudadanos y se olvidan de su papel transitorio.

Hoy esperamos con fe en Dios y en la humanidad, que quienes tienen la responsabilidad de las naciones y los pueblos actúen con sensatez y humildad, que no se regodeen en su soberbia, en su estulticia y recuerden su calidad humana, su temporalidad, la brevedad de su encargo.

Navidad es, pues, celebrar la raza humana con toda su grandeza y generosidad, es volver los ojos a Jesús y mirarnos en su imagen, para aprender de su sacrificio para que seamos mejores.