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La apariencia es una ilusión

Dr. Arturo Castro.- De que se habla cuando escuchan con atención, algunos acomodados placenteramente todas las mañanas, algunos en esa oficina llamada Palacio Nacional y los más desde sus casas a través de medios de comunicación y redes sociales con youtubers salidos de la oportunidad del patrocinio.

Se habla desde la máxima posición política del país una verdad tanto histórica como actual acerca de los más diversos temas, sin importar si valen la pena o no.

La famosa conferencia mañanera es un bastión del poder de la palabra, que utilizando los recursos a la mano se convierte en la voz de mando de lo que se quiere y debe hacerse, lo de los propios y otros datos sale sobrando.

Solo se busca la razón desde un atril, apropiándose de las virtudes históricas de los héroes que nos dieron patria, encontrando el apoyo cercano en el público presente, que investido de comunicadores, colaboran con la llamada Cuarta Transformación.

El Partido Revolucionario Institucional manipuló la democracia forzándola a ser dirigida, el Partido Acción Nacional aunque no pudo lo quiso hacer, tendría que llegar la deserción del primero llamado Movimiento de Regeneración Nacional para continuar mandando cualquier cosa desde lugar situado enfrente del Zócalo capitalino.

No se trata de un ensayo que desperdicia el talento de los protagonistas, es un programa del sistema que busca conservar el poder económico a través de la dominación social, teniendo el ámbito de la política como su principal medio.

Pasar de un sexenio a otro es lo de menos, porque a pesar de ser diferentes sus protagonistas terminan siendo iguales, a pesar de los ataques de hoy al pasado, buscando culpas de los problemas presentes, solo es la falta de capacidad a la hora de aplicar las políticas públicas para engrandecer al país.

Trabajar sin proyecto no lleva a nada, decir que se busca el cambio, sin ofrecer acciones, pero sí mucha oratoria nos lleva a la apariencia de que se hace como que se trabaja, entonces la sociedad hace como que aplaude ya que en el fondo conoce las limitaciones existentes.

Las acciones públicas y políticas son necesarias en el campo nacional, buscando realizarlas de la mejor manera con personajes de primera, de segunda y de tercera, mismos que tienen el honor de apoyar a un jefe que demanda lealtad por sobre todas las cosas.

La apariencia es una ilusión porque la gobernabilidad se queda en ideas, en movilización política, en dádivas y sobre todo en tener como deidad a un político del común, como se presume a sí mismo quien dirige la orquesta.

La sociedad sabe lo que quiere, tiene lo que le dan y espera otro cambio para permanecer igual.

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