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¿Justicia o venganza?

Marcos Barraza Urquidi.- La situación actual nos puede llevar a múltiples consideraciones, por ejemplo, en los videos filtrados por Lozoya por orden del presidente, se ve claramente una revancha por aquellos videos en los cuales se mostraba a su secretario particular, René Bejarano, llenar bolsas con billetes para su jefe, López Obrador. Este incidente lo ha llevado en el costal de los resentimientos 16 años y busca venganza a cualquier precio.

El primer paso fue encarcelar a Rosario Robles, su cómplice en el DF y amante de Carlos Ahumada, un contratista del DF en tiempos de Obrador, estos videos fueron dados a los medios por Diego Fernández de Cevallos y su hoy amigo y socio Televisa.

La fuerte división que generó ese evento entre la izquierda tuvo que ser dirimida en Cuba por Fidel Castro, “lider moral” de la izquierda mexicana, hasta donde asistieron todos los beligerantes de izquierda y el fallo del dictador fue que Ahumada era el culpable y lo encarcelaron en Cuba, algo que resulta totalmente absurdo: vas de “vacaciones” a la isla y te encarcelan por un supuesto delito que cometiste en otro país donde aún no eres acusado; pero bueno, así es la izquierda.

Ahí lo obligaron a declarar que se había prestado a un complot del PAN para descarrilar a Obrador en sus aspiraciones presidenciales para el 2006, el abogado de Ahumada era Juan Collado, al cual también detuvieron en el 2019 en esta cacería de brujas emprendida por Obrador contra quienes lo denunciaron en el 2004.

Queda claro que quien ha manejado la izquierda en México ha sido Cuba y la cantidad de asesores cubanos en el gobierno actual conduce a un sistema igual al que tienen Cuba y Venezuela, con las mismas consecuencias económicas y de libertades de aquellos países.

Como Venezuela, México importó cientos de “médicos” cubanos a un precio estratosférico, quienes finalmente fueron rechazados por los médicos mexicanos y el gobierno no tuvo más remedio que regresarlos por las amenazas del sindicalismo mexicano, médicos que en Venezuela tuvieron el triste propósito de ser espías del gobierno y promotores del socialismo marxista.

Las reformas que se hicieron en el Pacto por México eran propuestas panistas de muchos años atrás, de tal forma que es absurdo pensar que los diputados panistas necesitaran dinero para votar a favor de ellas; sin embargo, la izquierda las rechazaba y es más probable que este dinero fuera a parar a manos de diputados de la izquierda que de la derecha.

Lozoya era director de Pemex, la caja chica del gobierno y evidentemente actuó por órdenes de un superior y su único superior era Peña Nieto.

La única forma de conseguir el voto de la izquierda era con dinero y fue lo que al parecer hicieron. Aquí vemos un estado corruptor y una izquierda corrupta, la misma que hoy está en el poder y usa su misma corrupción para tomar venganza de sus oponentes.

Lozoya fue atacado por Obrador primero en su familia. Hay que recordar que congelaron las cuentas de su madre y luego las de él, con el propósito de extorsionarlo; el padre de Lozoya habló con Alejandro Gertz Manero, fiscal General de la República, para que llegaran a un acuerdo. Lozoya tenía información que le sería útil a Obrador y negociaron con Lozoya esa información a cambio de impunidad.

Aquí podemos ver cómo un porro (golpeador de estudiantes) desde la Presidencia dedica toda la infraestructura del Estado Mexicano para saciar su sed de venganza y hacer campaña anticipada para su partido que se desmorona, pasa de porro a maestro de la calumnia y la mentira.