Marcos Barraza Urquidi.- Al ver este título, la primera pregunta que se nos viene a la mente es: ¿Qué es un cyborg? Pues es como los técnicos llaman a los seres orgánicos que utilizan partes biomecánicas dentro de su biología.
Las prótesis son el ejemplo más común que vemos, donde los sistemas bioquímicos entran en apoyo del hombre, aparatos para oír, ver, sentir, volver a caminar, brazos artificiales… Cada vez hay más productos que ingresan al mercado bajo el beneplácito de la gente en general. ¿Quién se puede oponer a que se le regrese el oído o la vista a una persona?
Quizás se pueda establecer una controversia en los equipos que proporcionan placer a las personas desajustando el sistema límbico ya que la búsqueda de placer o simplemente el sentirnos bien nos lleva a ejecutar acciones en bien de la colectividad, tratamos de agradar a nuestra pareja, familia y amigos para recibir una satisfacción.
Hay en pruebas equipos que se implantan para manejar tus emociones, conectadas a grandes servidores de Inteligencia Artificial. En casos médicos, nos parecería de maravilla que los apliquen en personas con esquizofrenia, pero… ¿Qué pasará en la vida diaria, en los negocios, en la política, con personas 100% racionales? ¿Perderemos la naturaleza humana y con ello el interés por la vida? ¿Cómo será un mundo 100% predecible y racional?
Aquí Kant se levantaría de su tumba y clamaría ¿dónde dejan la sensibilidad y el entendimiento? Hay que recordar que Kant definía la sensibilidad como una ventana que nos permite ver el mundo, aunque al mismo tiempo nos condiciona la forma de verlo, esto es una percepción objetiva, Kant estableció un “crítica de la razón pura”.
Aristóteles, el filósofo, preguntaría: ¿Dónde queda la diferencia de sujeto y objeto? El Homo Sapiens Cyborg plantea un nuevo reto a los filósofos y humanistas en general, así como la forma de ver la vida de toda la humanidad.
¿Qué reto significará que otros puedan saber nuestros pensamientos, ya que al interactuar directamente con computadoras los pensamientos estarán a la mano de quienes manejan estos centros de IA?
¿Qué pasará con la empatía que tan fuerte influye en nuestras decisiones? ¿Y la moral quedará reducida a algoritmos basados en las matemáticas y las estadísticas?
Hoy en un reloj se pueden tener biosensores que captan tu estado de salud y lo trasmiten a los servidores de IA, ya hay la tecnología para que estos relojes inteligentes puedan ir dentro de la piel y puedan usar la energía de tu cuerpo para trabajar o captar energía radiante.
Pero los beneficios son enormes, la vida puede incrementarse de forma significativa con calidad, las incapacidades y las enfermedades pueden ser cosa del pasado. La gente ya se está implantando chips similares en todo el mundo. Utilizando NFC o comunicación de campo cercano, éstos pueden transmitir información a través de la piel con facilidad.
Después de los chips, algún día podremos ver la tecnología cyborg en forma de píldoras o dispositivos de nanotecnología que pueden cambiar su ADN para protegerlo de enfermedades o dolencias.
Ojalá seamos los humanos y no las máquinas los que controlemos el ritmo, los cambios y el destino de la nueva especie homo sapiens cyborg, lo más grave para los países que ignoran la IA es que serán otros los que decidan el rumbo de la nueva especie.
En México no tenemos de qué preocuparnos con un gobierno federal criminal y un presidente cavernícola. ¡El progreso no nos alcanzará!