Un pueblo habituado por largo tiempo a un régimen duro, pierde gradualmente la noción misma de la libertad. Jonathan Swift, escritor irlandés
Cuauhtémoc Monreal Rocha.- Septiembre, mes de la patria, de reformas constitucionales como obsequio al presidente por su buen gobierno, de chiles en Nogada y a propósito, el esposo chile pregunta: ¿estas enogada? ¡Viva México!
Comencemos. De que hay corrupción en el Poder Judicial, la hay, que no nos quepa duda (en general en los tres poderes y en todas las instituciones); corrupción e impunidad, el cáncer de México; el Poder Judicial, desde hace muchos años, perdió equidad, la ética, la honestidad y la eficiencia, sin dejar a un lado que también existe el nepotismo y hasta la endogamia, según Zaldívar, así como los fueros y privilegios.
A lo anterior, permítasenos agregar que México, cuya X algo tiene de cruz y de calvario, gracias a morena o si lo prefieren a la 4T, cogió el mal camino de las autocracias latinoamericanas, o sea, las dictaduras. Los mexicanos, todos, estamos por escribir una página negra en nuestra historia, al iniciar un nuevo capítulo con una mujer al frente del Poder Ejecutivo Federal, de los otros dos poderes y de todas las instituciones, a la cual se le llamará Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Presidenta de la República, Presidenta de México, Primera Magistrada, Jefa de Estado, Primera Mandataria, Compañera Presidenta y otras linduras, que estará rodeada de epígonos. de trápalas y otros parásitos de la nueva élite política, de la nueva minoría rapaz.
Por un lado, por otro, antaño, la mentiras en épocas pasadas, eran vistas como algo malo, como algo imperdonable y ahora, en nuestro país, la mentira en nuestros gobernantes es una herramienta política que sirve para polarizar y se usa sin reparos, como algo útil, sublime, con lo cual la democracia deja de ser una democracia basada en hechos y realidades, pues el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, si bien son tres persona distintas, ahora, con las reformas constitucionales, se han convertido en un solo dios verdadero, anidado en Palacio Nacional.
¿Se perderá la libertad? Por el momento es difícil contestar. Vale.