Daniel Martínez.- Muy buenos días. Espero estés teniendo una muy bonita semana. Yo soy Daniel Martínez, tu psicólogo, y el día de hoy te hablaré de un tema que me pediste a través de mis redes sociales y este es Heridas de la infancia.
Estas heridas suelen provenir de situaciones que marcaron en las etapas de infancia y adolescencia; sucesos que estuvieron llenos de mucho estrés, ansiedad, tristeza, enojo, frustración; en otras palabras, que fueron traumáticos para la persona y que se verán reflejadas en la etapa adulta como un obstáculo para el desarrollo en relaciones interpersonales, trabajo, parejas, hijos, amistades y familia.
Las heridas que la mayoría de los autores manejan son las siguientes:
Miedo al abandono. Esta herida se presenta como el miedo a la soledad o cuando existe una dependencia emocional hacia los vínculos afectivos, la persona se siente con poco valor y da todo lo que tiene a los demás.
Miedo al rechazo. Aquí lo podemos visualizar en personas que temen a no ser aceptadas, a lo que otras personas pueden pensar de ellas, esto les importa más que lo que ellas mismas piensan de sí.
Herida de la Humillación. Las personas con esta herida suelen estar siempre a la defensiva pues se sienten criticados, tratan de no cometer errores y tienen un temperamento que puede percibirse como explosivo.
Miedo a confiar o traición. Algunos lo demuestran en sus relaciones de pareja con celos excesivos y tratan de controlar a la persona con quien están para sentir seguridad, aun así les es difícil alcanzarla.
Herida de injusticia. Esta herida provoca adultos incapaces de negociar opiniones distintas a las suyas, pues comúnmente aprendieron en la infancia que aceptar lo que otros decían era un rasgo de inferioridad.
Estas cinco heridas pueden ser tratadas en terapia trabajando el amor propio, la autoestima, profundizado en las inseguridades y miedos, aprendiendo a poner límites y respetando tu propia autonomía, soltando querer tener el control de la mayoría de las situaciones y llevando procesos como el de perdonar a quienes provocaron estas heridas, concientizando lo ocurrido y transformándolas en esas fortalezas que necesitamos descubrir.
Está en nosotros mismos nuestro bienestar, sanar no es sencillo para la mayoría de nosotros, pero estoy seguro que al trabajarlo lograremos trascender mejor en las metas que nos propongamos, ser un mejor papá, mamá, hermano, hija, profesional, quien quiera que seas.
Y si tú o alguien que conoces requieres apoyo especializado con este u otro tema, no dudes en contactarme. A mí me encuentras en Facebook como Psicólogo Daniel Martínez y en YouTube con el #Fronteramental.
Y no olvides que tus límites están en donde tú quieras… en donde ubiques tu fronteramental.
