Inicio ADHOCRACIA Hegemonía, pluralidad y autoritarismo

Hegemonía, pluralidad y autoritarismo

Arturo Castro.- La democracia en México es un bien necesario, aun y cuando han pasado muchas décadas desde aquella dictadura del General Porfirio Díaz y antes la semidictadura del mayor héroe nacional, Benito Juárez, ambos oaxaqueños, uno militar y otro civil.

La Revolución Mexicana se convirtió en el parteaguas de la dictadura de Díaz a un sistema de partido hegemónico que a su fin dio lugar al Partido Nacional Revolucionario que gobernó más de setenta años, creando una serie de instituciones públicas que le dieron un impulso importante al país.

Si bien este impulso no fue suficiente por la gran cantidad de clases bajas existentes, también la clave para ostentar el poder, es la dominación de un pueblo que no aspirara más allá de trabajar, comer y dormir, además de ser feliz en ese status, diría un político mexicano recientemente.

La hegemonía del Partido Revolucionario Institucional fue clave para el Sistema Político Mexicano, hasta que llegó la pluralidad con los triunfos setenteros y ochenteros del Partido Acción Nacional, principalmente; algún senador del Partido Popular Socialista también se coló.

El pluralismo dio origen a que los partidos políticos, comparsas de la hegemonía priista, comenzaran a ganar puestos de elección popular, tenían ideología de la izquierda a la derecha, los más navegaban en el centro como el mismo PRI.

El Partido Revolucionario Institucional fue muy poderoso y cuando ofrece oportunidades democráticas se fue debilitando al migrar sus dirigentes y militantes a otras opciones políticas, tal y como fue el caso del presidente de México López Obrador.

Expresidente del PRI en Tabasco al no recibir la venia para una candidatura se retira en 1988 junto a Cuauhtémoc Cárdenas para formar el PRI II, denominado Partido de la Revolución Democrática, mismo que se convirtió en el PRI III como Movimiento de Regeneración Nacional.

López Obrador denuncia lo que fue y en su momento disfrutó como un militante romántico del partido en el poder, hoy está furioso contra lo que llama conservadurismo sin saber que el PRI es un partido liberal y si lo sabe solo es por generar poder y codicia.

El autoritarismo es el sello actual de la política en este país, después de gozar la política en varios partidos, vivir una vida de magnate en un Tsuru hasta llegar al deleite del poder en Palacio Nacional, vivir en ocasiones en su rancho La Chingada es su decisión.

El presidente anhela un respeto que no le llega, desea ser un nuevo Benito Juárez, el culto a la personalidad se ofrece todos los días, las comas no se quitan a sus propuestas, la creación de enemigos de las élites y de los medios de comunicación son frecuentes.

La tortura audiovisual de todas las mañanas incluye amenazas a quienes no le hacen caso, está dispuesto a realizar cualquier cosa con tal de dominar, se busca como los dictadores, controlar el poder a través de que esto es lo que se debe hacer con sus propios datos inexistentes.

Parece un mitómano que solo es leal a sí mismo, por ello ¿qué es mejor de entre la hegemonía, la pluralidad o el autoritarismo? El impacto de este gobierno es muy significativo para que otros países lo vean como una amenaza en un área geográfica donde la democracia reina.

El reto es la próxima elección, parece que la oposición está al borde de la victoria, denuncia posible fraude cuando él tiene el poder para ver cualquier imagen. La sociedad no obedece a deidades políticas, solo al deseo de su propio bienestar y mejorar su entorno cercano.

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