Germán Gez.- Este jueves 9 de septiembre es el último día de Armando Cabada como presidente municipal de Juárez. Le pese a quien le pese, pasa a la historia como el primer alcalde sin partido que gobernó la ciudad y por logros importantes que muchos prefieren no mencionar.
Para empezar, hay que decir que Ciudad Juárez tiene muchos rezagos, que administraciones pasadas poco o nada hicieron por resolver los grandes y numerosos problemas que aquejan a ésta, la mejor frontera de México. Es por eso que muchos de los logros se pierden ya que es imposible resolver todo en un periodo tan corto de tiempo.
Elegido por primera vez en 2016 y reelegido para un segundo periodo en 2018, como ciudadano que vive y padece de esta frontera, puedo decir que hoy Juárez no es la ciudad en la que todos quisiéramos vivir, pero sí es una mejor ciudad. Hay más patrullas de la Policía Municipal y muchos elementos de la corporación han cambiado su mentalidad para servir a los juarenses. Precisamente la noche del pasado martes tuve la oportunidad de ver una patrulla que ayudaba a un conductor varado, a quien empujaban su carro por la avenida Tecnológico, a la altura del bulevar Zaragoza. Eso no se veía antes.
Se construyó la estación de Riberas del Bravo, uno de los sectores más conflictivos de la ciudad en el que poco o nada se había hecho. Hacía muchos años que no se construía una nueva estación de policía, las anteriores administraciones se habían limitado a cambiarle el nombre a las existentes, pero nada más.
Fue también la primera administración municipal que trabajó por los perros de la calle, un gran problema que tiene la ciudad y al que ningún gobernante había prestado atención. Creían siempre que recoger los animalitos para sacrificarlos en el antirrábico era la única solución, pero este gobierno demostró que darles atención, recuperarlos y entregarlos en adopción era otra forma de atacar el problema. No sé qué futuro tenga el RAMMI, pero creo que debería tener continuidad en la administración que empieza mañana viernes.
Se le puede cambiar el nombre, si es que el actual no es del agrado del nuevo alcalde. Puede ser algo así como Refugio y Albergue Municipal para Mascotas Indefensas, con el fin de no perder el RAMMI, un nombre que ya hace parte de nuestra ciudad.
El recarpeteo de algunas de las principales avenidas fue, desde mi punto de vista, un acierto enorme porque había calles en las que simplemente el bacheo ya no funcionaba. Estaban tan llenas de baches y parches que trabajarlas desde esa perspectiva ya no era viable. Vi el cambio que significó esta labor en avenidas como la Valle del Sol, la Ortiz Rubio, la Manuel J. Clouthier y la avenida De los Aztecas, entre muchas otras beneficiadas.
Lástima que todas ellas fueron dañadas casi de forma inmediata por la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), con una clara intención de destruir el patrimonio de todos los juarenses, más allá de realmente resolver problemas de drenaje o agua potable. Porque de haber sido así, se hubiera dañado una que otra, ¡pero dañarlas todas! Eso no es casualidad.
Otro logro que se debe reconocer es el de pavimentación de nuevas calles y de muchos cruceros con concreto, ya que algunos de ellos daban pena y como conductor de un vehículo realmente dolía transitarlos. Hoy los tenemos en muchos puntos de la ciudad, como en los cruces del bulevar Óscar Flores con el bulevar Zaragoza y con las avenidas López Mateos y Plutarco Elías Calles; en el bulevar Independencia y Paseo del Sur y en muchos otros puntos de la ciudad.
Juárez Iluminado fue otro gran acierto, aunque aquí sí debo decir que presenta algunas fallas. Tal es el caso del tramo del aún conocido como Libramiento Aeropuerto entre Miguel de la Madrid y Las Torres, donde se cambiaron las luminarias, pero llevan varias semanas apagadas. Lo comentaba con mis amigos y compañeros de trabajo: ¡Qué bonito se ve Juárez con las luces encendidas! Esperemos que muchas más se enciendan en los siguientes años y que las que ahora están funcionando no se vuelvan a apagar.
¿Qué creo que faltó? El recarpeteo del bulevar Óscar Flores y de la avenida De las Torres, que necesitan urgente una manita para facilitar la circulación. El alumbrado público en la prolongación del Bulevar Independencia en el suroriente, verificar la calidad del material usado para el bacheo ya que con las primeras lluvias se dañaba y los baches reaparecían, lo cual evidencia que el trabajo no se hizo adecuadamente. Haber permitido las obras del Bravobus creo fue una falla imperdonable.
Trabajar más para bajar los índices de homicidios en la ciudad creo que es la gran deuda de esta administración y de las pasadas. Juárez volvió a figurar entre las ciudades más violentas del mundo, un pasado que creíamos no regresaría y que tristemente nos alcanzó de nuevo. Para eso se sentaron las bases con un programa coordinado entre los tres niveles de gobierno. Todos esperamos que dé frutos en el futuro cercano.
Confío que así como trabajó desde la presidencia municipal, Armando Cabada pueda seguir apoyando el crecimiento de Juárez desde la Cámara de Diputados o desde la trinchera en la que quiera que se encuentre. Por eso hoy solamente le digo: ¡Hasta pronto, Señor Alcalde!
