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Gritos de supervivencia y justicia: encuesta internacional sobre derechos humanos (II)

Londres- Vivir una vida satisfactoria es un derecho humano fundamental. Según una encuesta reciente sobre derechos humanos realizada en diversos países por la Agencia de Noticias Xinhua, casi el 70 por ciento de los encuestados está de acuerdo en que el sentido de ganancia, seguridad y felicidad de la gente común es un indicador importante de la situación de los derechos humanos de un país.

Sin embargo, para muchos, los derechos humanos básicos, a saber, los derechos a la subsistencia y al desarrollo, todavía están fuera de su alcance debido a la intervención de Occidente, mientras que para otros, la felicidad también es un lujo.

Grito de justicia

Parado en la planta baja de un edificio de apartamentos en Londres, Reino Unido, Nabil Choucair intentó varias veces entrar corriendo al establecimiento, pero fracasó. Observó cómo el fuego lo envolvía todo, incluyendo a su madre, hermana, cuñado y tres sobrinas.

El devastador incendio de la Torre Grenfell en Londres, que mató a más de 70 personas en la madrugada del 14 de junio de 2017, no solo es doloroso para este hombre de mediana edad, sino que también se llevó su esperanza en la justicia social.

Más de cuatro años después, todavía suele levantar el teléfono para llamar a su madre y a su cuñado.

“Todos los días veo el fuego en mi mente”, dijo, con su teléfono en mano, a la vez que llora al mostrar a los reporteros fotos de sus familiares fallecidos.

El incendio hizo que muchas personas como Choucair se convirtieran en familiares de las víctimas y que más de 200 familias sobrevivientes hayan sido desplazadas. Sin embargo, el fuego podría haberse evitado.

Muchos informes y documentos sobre el incidente mostraron que la causa fue un cortocircuito eléctrico de un refrigerador en el cuarto piso. Sin embargo, los materiales inflamables instalados en el exterior del edificio contribuyeron a la rápida propagación del fuego que destruyó todo el establecimiento de 24 pisos, lo que resultó en el peor incendio residencial en Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial.

Según muchos documentos que forman parte de la investigación, el edificio había sido objeto de una gran renovación antes del incendio, que suponía un “revestimiento externo mortal” que hacía que el antiguo edificio de viviendas “se viera mejor”.

Los problemas del inmueble eran numerosos, dijo Choucair, y añadió que los circuitos eléctricos eran caóticos, por lo que los residentes se quejaron repetidamente a las autoridades sobre asuntos de seguridad, que solo se “arreglaron” por medio de reparaciones menores y trabajos superficiales.

“A esta gente no se la miró ni escuchó”, dijo Choucair, señalando con el dedo en dirección al edificio. “Y esta es la razón por la que se prendió el fuego en Grenfell”.

¿Por qué se ignora a los residentes? Según las investigaciones, muchos de los cientos de personas que vivían en este establecimiento eran inmigrantes y pertenecían a minorías étnicas, como africanos y árabes. “Vistos como forasteros y minorías, y literalmente discriminados”, en opinión de Choucair.

La discriminación racial ahogó los gritos de ayuda de los residentes de Grenfell.

En 2018, el Gobierno británico fue criticado por maltratar a la “generación de inmigrantes de Windrush”. Entre 1948 y 1971, llegaron a Reino Unido inmigrantes del Caribe en el barco MV Empire Windrush, que achicó la brecha laboral en el país europeo después de la Segunda Guerra Mundial. Pero ahora, no solo son tratados con frialdad en materia de atención médica, alquiler y empleo, sino que algunos incluso reciben amenazas de deportación.

Según un grupo de campaña llamado “Acabar con el virus del racismo”, con sede en Reino Unido, las comunidades del este y sudeste asiático en Reino Unido han visto un aumento del 300 por ciento en los delitos de odio desde que estalló la pandemia de COVID-19. Otras cifras oficiales muestran que los afrodescendientes tienen cuatro veces más probabilidades que los blancos de ser abusados violentamente por la Policía en Londres.

La discriminación y la violencia contra las minorías étnicas tienen sus raíces en la cultura anglosajona y el concepto de “supremacía blanca” se ha transformado en un problema social general, persistente y sistémico que está destrozando Reino Unido, así como Estados Unidos al otro lado del océano.

A raíz del incendio del Complejo Grenfell, hubo enojo entre la comunidad de raza negra en Reino Unido por la falta de un asentamiento adecuado para los residentes en el edificio. En opinión de Choucair, el dicho “todos los hombres son iguales” ha sido durante mucho tiempo una “verdadera mentira”.

“La Fábula de Dos Gran Bretañas”

Construido en 1974, el bloque de apartamentos Grenfell está ubicado en el distrito real de Kensington y Chelsea, en el oeste de Londres. En opinión de Choucair, esta es una “posición errónea”.

En Londres, “Kensington” es sinónimo de áreas ricas, pero a lo largo de los años, la región se ha dividido entre un sur rico y un norte pobre. En el norte, existen muchas torres destartaladas y erigidas apresuradamente, y “viviendas públicas” como la Torre Grenfell, que se encuentran en un entorno penoso. Hacia el sur hay grandes y cómodas villas unifamiliares rodeadas de jardines ordenados y tiendas de lujo.

Pegado a Grenfell hay una escuela privada para ricos. A solo 10 minutos a pie hacia el sur, hay un edificio donde viven multimillonarios y celebridades de todo el mundo. Entre el norte y el sur, a solo media milla de distancia, la brecha de riqueza es notoria.

El grupo internacional de ayuda Comité para el Alivio del Hambre de Oxford (OXFAM, siglas en inglés) publicó un informe en 2014 titulado “La Fábula de Dos Gran Bretañas: la Desigualdad en Reino Unido”.

Las cifras en ese momento mostraron que las cinco familias más adineradas tenían una riqueza combinada de 28,200 millones de libras (alrededor de 37,200 millones de dólares), 100 millones de libras (132 millones de dólares) más que el 20 por ciento de la base social.

Además, desde mediados de la década de 1990, los ingresos del 0.1 por ciento superior han crecido casi cuatro veces más rápido que los del 90 por ciento inferior de la población.

La polarización entre ricos y pobres, entretejida con la discriminación racial, ha erosionado la equidad y la justicia en los países desarrollados occidentales, como Reino Unido y Estados Unidos.

Este Día de Acción de Gracias, Estados Unidos también organizó una fábula similar: mientras los ciudadanos adinerados publicaban fotos viajando a complejos turísticos de lujo, muchos estadounidenses no pudieron disfrutar de unas vacaciones debido a la caída de los ingresos y el aumento de la deuda.

Según un informe del Instituto Estadounidense de Política Económica emitido a fines de 2020, la brecha de ingresos entre la pequeña minoría y la gran mayoría en Estados Unidos se ha ampliado en los últimos 40 años. De 1979 a 2019, aumentaron los salarios del 1 por ciento de la población en un 160 por ciento, mientras que un 90 por ciento protagonizó solo un crecimiento del 26 por ciento.

“Una casa dividida contra sí misma no puede sostenerse”, dijo el economista ganador del Premio Nobel Joseph Stiglitz citando al expresidente estadounidense Abraham Lincoln, que resumió acertadamente la situación actual en Estados Unidos.

La felicidad es un lujo

Para Choucair, la felicidad y la esperanza están lejos. “Cada día es un triste día de trabajo”, sentenció con voz ahogada. Se ha esforzado por obtener justicia y cambiar las leyes para evitar que otros pasen por lo que él ha pasado, pero su arduo trabajo solo se enfrentó a la dura realidad.

Durante más de cuatro años, la investigación del Complejo Grenfell ha progresado lentamente y los resultados de la segunda fase de la investigación aún no se han publicado. Lo que es aún más decepcionante es que hasta ahora no se ha detenido a nadie a causa del incendio y no se ha responsabilizado a ninguna empresa.

En realidad, después de una investigación preliminar, la Policía británica anunció una vez que tenía “motivos suficientes” para sospechar que el consejo de Kensington y la organización de gestión de inquilinos del distrito cometieron un “homicidio corporativo”. Sin embargo, los fiscales británicos dijeron que no se tomarán medidas coercitivas hasta que se publiquen los resultados de la segunda fase de la pesquisa.

Este año, Choucair inició una petición pública en el sitio web del Parlamento británico, pidiendo un estudio sobre el papel de la discriminación institucional en el incendio, en pos de llamar la atención del público y las autoridades sobre la discriminación racial.

Sin embargo, su petición ha recibido unas 500 firmas, una cifra que está lejos de las 10,000 necesarias para un posible debate parlamentario.

El incendio refleja los problemas de la democracia británica: el Gobierno no ha escuchado a la gente, y cuando esta sufre y necesita ayuda, el Gobierno permanece inaccesible.

La creciente brecha entre ricos y pobres y las diferentes clases ha creado una fuerte insatisfacción social, evidente en el movimiento “Toma Wall Street” y las protestas “No puedo respirar”.

En países con la democracia al estilo estadounidense, “una persona, un voto” ha sido reemplazado durante mucho tiempo por “un dólar, un voto”. El llamado “Gobierno democrático” no es el defensor de los intereses de la mayoría de los votantes, sino de los adinerados. El capital es el amo de la sociedad.

Cuando se le pidió que calificara la felicidad de su vida de 0 a 10, Choucair, nacido y criado en Londres, dijo que “si tuviera que poner un número, sería un número negativo”.

Xinhua

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