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Gracias, Proteo

Aída María Holguín Baeza.- “Gracias, Proteo, por tu heroica labor, cumpliste la misión, perrito del Ejército Mexicano”, dice la publicación de la SEDENA con la que dio a conocer la muerte de Proteo, uno de los perros integrantes de la delegación mexicana que participa en las labores de búsqueda y rescate en Turquía.

Sin importar que la Secretaría de la Defensa Nacional no diera explicación alguna sobre las causas o circunstancias de la muerte de Proteo, el sentido agradecimiento masivo y mundial por la vital y heroica labor de Proteo comenzó a invadir las redes sociales porque, independientemente de cómo hubiera sucedido, Proteo murió en cumplimiento de la misión a la que fue enviado.

Acompañadas de expresiones de conmoción, tristeza y duelo, las multitudinarias muestras de agradecimiento hacia Proteo no dejan de aparecer y multiplicarse -en muchos y diferentes idiomas- en las redes sociales, dando fe con ello de cuán significativa y valiosa es la heroicidad de los canes especializados en búsqueda y rescate, como el caso de Proteo, un héroe mexicano que ahora todo el mundo conoce y que, tal y como lo pide el soldado Villeda, compañero humano de Proteo, todo México debe recordar y nunca olvidar.

Sí, Proteo es, indiscutiblemente, todo un héroe. Y es que, aunque las definiciones aceptadas por los diccionarios de distintas lenguas se refieren exclusivamente a “personas” para definir -en un escenario de no ficción o de narraciones literarias- la palabra “héroe”, si se considera que héroe significa realizar una acción desinteresada en beneficio de una causa noble, ser ampliamente conocido y admirado por muchas personas por hacer algo muy valiente, algo muy bueno y, con ello, haber logrado algo muy grande, no queda ninguna duda de que Proteo -como el resto de los perros de búsqueda y rescate- es un héroe.

Es en ese -y con ese- contexto que lo dicho por Susan Orlean (en su libro Rin Tin Tin: La vida y la leyenda) adquiere mayor significado en el sentido de que, los perros, de hecho, son héroes perfectos: desconocidos pero accesibles, motivados pero sin ego, fuertes pero trágicos, limitados por su mutismo y vulnerabilidad animal. Los perros tienen el talento de parecer comprender y preocuparse por los humanos a pesar de no ser humanos y tal vez son mejores en eso debido a que son compasivos sin ser competitivos, y no hay nada en su valor que nos amenace.

Sí, Proteo cumple con todas las cualidades que definen al héroe perfecto. Proteo vivió y murió siendo el héroe perfecto y como tal siempre debe ser recordado, admirado y reconocido (“No olvides quiénes son tus héroes, qué significan para ti y por qué significan eso para ti”, diría Gale Harold). Gracias, Proteo, héroe de cuatro patas, nuestro héroe perfecto. Misión cumplida.

Uniéndome a los merecidos homenajes a Proteo, concluyo parafraseando lo dicho alguna vez por la escritora israelo-estadounidense, Leigh Bardugo: Los tiempos difíciles no crean héroes. Es durante los tiempos difíciles cuando se revelan los héroes.

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