La iniciativa de Reforma Eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador ha provocado una controversia debido al impacto negativo que traerá a los pobladores de México en caso de ser aprobada. En la iniciativa enviada a la Cámara de Diputados por el Ejecutivo Federal propone darle el control del sector eléctrico a la Comisión Federal de Electricidad y cancelar los permisos o contratos a empresas privadas.
Además, la iniciativa eliminaría la separación de las subsidiarias CFEnergía, CFE Internacional y CFE Capital y reintegrará el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) a la empresa encabezada por Manuel Bartlett. El documento enviado a los diputados resalta que el Estado será quien establezca la transición a nuevas energías al utilizar de manera sustentable todas las fuentes de las que dispone la nación. Ante tales medidas el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) solicitó se frenara su aprobación pues según indica su presidente Carlos Salazar Lomelín, si lo que se busca es brindar electricidad más barata para los consumidores, el Estado deberá dar subsidios, lo que podría implicar menores recursos para el Gobierno.
En caso de la Cámara de Diputados apruebe la iniciativa de Reforma Eléctrica dejaría a la industria fuera de competencia en el sector, pues las empresas y servicios que están en México necesitan de precios de energía competitivos, como son las energías solares y fotovoltaicas, las cuales abren la posibilidad de generar electricidad hasta 50% más barata. De acuerdo con los especialistas, si llegase a aprobarse esta reforma los principales afectados serían los propios consumidores nacionales, pues los orillaría a pagar luz a un costo más elevado. Lo anterior repercutirá también a las más de 4.9 millones de Pymes nacionales que dependen de la energía eléctrica.
Mientras que debido a los lineamientos de la reforma, las casas u oficinas que dependen de la energía solar para su suministro de luz eléctrica tendrían que migrar a CFE, donde se prevé un cobro más elevado.
